El coordinador regional de la Mesa de la Unidad Democrática, Macario González, cree que la decisión que tomó la coalición en torno al diálogo fue correcta, por tanto que atiende el llamado del Vaticano en procura de un desenlace pacífico de la crisis.
“La actitud que tomó la Mesa es coherente con la ruta prevista. Desde que se inició esta confrontación con el oficialismo hemos reiterado que la salida es constitucional y electoral”.
La decisión fue unitaria, pese a que Voluntad Popular no apoya el diálogo por razones fundamentadas, declaró. “Hay un ensañamiento contra ese partido por lo cual se respeta su decisión”.
Acerca del discurso del presidente Nicolás Maduró, González expresó que pedirle un lenguaje distinto sería como pedirle peras al olmo. La naturaleza del oficialismo es sinónimo de soberbia, sectarismo y ofensa.
“El diálogo no depende de la diatriba que se observa a través de los micrófonos. El Gobierno busca mediante las descalificaciones y los insultos que nos levantemos de la mesa pero quien se levante pierde porque la comunidad internacional y el país entero no comprendería ninguna incoherencia de nuestra parte”.
Respecto a lo que se pudiera producir el 11 de noviembre aclaró que es necesario esperar la evaluación que hacen las diferentes comisiones sobre los puntos acordados.
-Monseñor Antonio López Castillo no cree que las condiciones estén dadas para un diálogo, ¿qué opina?
-Estamos ateniéndonos al enviado del Vaticano, tal y como lo dijo monseñor Celli, creemos que si no hay diálogo habrá sangre, por lo cual optamos por la primera opción. No sabemos si los resultados del viernes serán satisfactorios, tenemos dudas porque los problemas del país son muy complejos y esta conversación lleva dos semanas. Sería oportuno que este 11 de noviembre tengamos señales concretas de la negociación.
-Henri Falcón dijo que esta situación no se va a resolver en diez días, por lo cual no hay que decirle mentiras a la gente, ¿qué opina?
-Eso es correcto, creo que debemos ser honestos. No podemos crear falsas expectativas respecto al 11 de noviembre porque eso pudiera traer grandes frustraciones, que se traducirían en un costo político muy alto. No podemos esperar milagros por mucho y que el Vaticano esté detrás de todo esto, sin embargo, resta darle una oportunidad a la paz porque en la violencia todos perdemos.