Los Convenios de Ginebra y sus Protocolos adicionales son “tratados internacionales que contienen las principales normas destinadas a limitar la barbarie de la guerra. Protegen a las personas que no participan en las hostilidades (civiles, personal sanitario, miembros de organizaciones humanitarias) y a los que ya no pueden seguir participando en los combates (heridos, enfermos, náufragos, prisioneros de guerra)” (https://www.icrc.org/spa/war-and-law/treaties-customary-law/geneva-conventions/overview-geneva-conventions.htm). Se define claramente que cuando una nación infiltra a otra nación -con el consentimiento o no de la población invadida- representa un estado bélico. En Venezuela, según esa definición, estamos en guerra. Nos invadió Cuba desde 1999, año que Hugo Chávez ascendió al poder.
Los cubanos se han apoderado de todos los ámbitos del poder nacional, incluyendo las Fuerzas Armadas, lo que constituye un delito de traición a la patria por parte de quienes lo promovieron y aceptaron. Tienen bajo su control las milicias, los colectivos y los hasta los pranes. Usan y han repartido armas que llevan impresa la leyenda “para uso exclusivo de la Fuerza Armada de la República Bolivariana de Venezuela”.
Dirigen todos los Registros y Notarías del país. Tienen negocios con los insumos de la Misión Identidad. Controlan las comunicaciones y los laboratorios de infiltración, desinformación (guerra sucia) y espionaje y toda la red de salud de la Misión Barrio Adentro. Además, son asesores de la presidencia de la república. En fin, tienen control sobre las entidades más vulnerables del país.
En el norte y este de Francia, entre 1940 y 1944 se instauró un régimen que se conoció como la Francia o República de Vichy. Paradójicamente estuvo conducido por un héroe de la I Guerra Mundial, el “Vencedor de Verdun”, el Mariscal Pétain, quien instauró un régimen en connivencia con los nazis, nacionalista y personalista, que terminó funcionando como una dictadura. En 1944 Pétain fue declarado culpable de alta traición, por lo que fue condenado a muerte (conmutada por su edad), degradación nacional y confiscación de sus bienes.
Lo traigo a colación porque otra opción que tiene la Asamblea Nacional es acogerse a los Convenios y pedir la intervención de la comunidad internacional.