Un buen modo de saber si nos expresamos con claridad cuando hablamos consiste en grabarnos. Escoger un tema cualquiera y hablar de él durante un período de tiempo que vaya de uno a cinco minutos. De esta manera podrás detectar tus fallos expresivos y así podrás poner solución a los mismos.
Espera unas cuantas horas antes de escuchar lo que has grabado con tu voz, porque así serás más objetivo. Cuando las escuches, fíjate en el tono y el volumen que utilizas. Observa si repites ideas o las omites, si existe coherencia entre lo que dices y cómo lo dices. Anota lo que quieras mejorar en un papel y ponte en marcha. Al cabo de poco tiempo, vuelve a hacer la misma operación y repítela cuantas veces consideres que sea necesario, hasta que hayas alcanzado tu objetivo.
Otro ejercicio que puede resultar útil para modular la voz es leer a menudo en voz alta, dando énfasis a las palabras como si leyeras poesía. Si te grabas mientras lees, poco a poco aprenderás a expresar con tu tono de voz tanto la alegría como la tristeza, la ira, el desprecio o la sorpresa. Recuerda que si quieres comunicarte de un modo eficaz con los demás, aprende a reflejar correctamente con tu voz la intención de tus palabras.
Educar tu voz con la finalidad de mejorar errores en la articulación de las palabras hay un método fácil y sencillo que consiste en leer mordiendo un lápiz que colocarás horizontalmente entre los colmillos y los morales o entre los incisivos y los colmillos. De este modo, ejercitarás los músculos de tu boca y mejorarás tu dicción. Repite este ejercicio una vez al día y verás cómo articularás cada vez mejor.
Estas recomendaciones ayudarán a utilizar muy bien tu herramienta de la voz que es con la cual hablas y produces sonidos, algunos agradables y otros no. Serán de mucha utilidad al querer hacerlo de acuerdo a las circunstancias y debidamente. La forma de expresarte mejora la calidad en tus relaciones con los demás y hasta tu imagen.