La disminución de la actividad económica reflejada en un 11 %, la inflación cercana al 500 % y una caída del 45 % en las importaciones, denotan que Venezuela cerrará el 2016 como el país con peor desempeño económico del mundo.
Así lo aseguró este sábado el economista Asdrúbal Oliveros alertando que estas navidades estarán sin duda marcadas por la crisis actual, que a su vez pudiera caracterizarse como una depresión de las más deficientes que se han vivido en América Latina.
“Cualquier indicador que mires tiene una situación muy precaria. En los tres años de gobierno del presidente Nicolás Maduro la economía venezolana se ha contraído casi 25 %, el PIB per cápita en dólares ha caído 57 %. Tenemos 12 trimestres consecutivos cayendo. Son números de un país que pareciera en guerra o que haya pasado un desastre natural, que no es el caso de Venezuela. Así que lamentablemente estamos en medio de una crisis muy, muy grave que yo diría que después de la Guerra Federal es la peor crisis de nuestra historia en materia estrictamente económica”, aseveró.
Sobre la decisión del Gobierno de adelantar la época navideña a principios de noviembre, comentó que es una medida expresamente orientada a reducir el clima de tensión en el que están sumidos los venezolanos; considera que era necesario, para el Ejecutivo, neutralizar la ola de protestas que han sido encaminadas por la oposición y de esta manera, convertir el cierre del año en un momento de celebración.
Además sostuvo que el anticipo de utilidades a empleados públicos estarán enmarcadas en mayor inflación, encarecimiento del dólar y escasez de productos básicos; explicó que “son muchos bolívares persiguiendo una cantidad limitada de productos, que no está subiendo la oferta, por lo tanto se van a encarecer. Se va a encarecer el dólar negro, porque habrá un grupo de empresas o de personas que va a decidir resguardar su dinero comprando dólares y también va a provocar escasez, porque como no ha habido incremento en la oferta y la gente va a estar comprando los productos, muchos productos van a desaparecer, los inventarios se van a disminuir o no van a ser repuestos”.
Aunque Oliveros considera pertinente la circulación de alta denominación porque el de Bs.100 “no alcanza para nada”, advierte la importancia de colocar sobre la mesa una política antiinflacionaria, pues de lo contrario, en unos años ese nuevo cono monetario tampoco servirá.
Culminó su apreciación reflexionando que para lograr la salida a la crisis se requiere cambiar de modelo político, pues si se continúa postergando, las dificultades se agudizarán.