Ya todos sabemos el lenguaje de confrontación, división, promoción del odio y lucha fratricida que ha impuesto el chavismo en estos 17 años de predominio político.
Así respondió el Dr. Rafael Simón Jiménez, profesional del Derecho, profesor universitario, historiador, exparlamentario y analista político, al ser consultado en torno al tono amenazante del Presidente Nicolás Maduro contra la oposición, a la cual le pronosticó que ni por las buenas o por las malas, con voto y con balas, no podrá llegar a Miraflores.
No se le puede pedir peras al olmo, expuso. No se le puede pedir al Presidente que desprecia, estigmatiza, descalifica y que usa un lenguaje grueso, escatológico, que de la noche a la mañana cambie su manera de expresarse.
Sin embargo, el diálogo hay que asumirlo, en primer lugar, desde la diferencia: ni el chavismo va a ceder el gobierno plácidamente, ni la oposición tampoco va a ceder en su empeño de conquistarlo, cosa que está cada día más cerca.
Estos fuegos verbales, encendidos, hay que entenderlos que están dirigidos a los sectores más radicales que están en el chavismo.
Este movimiento de tuerca que el Gobierno tuvo que dar yendo a hablar con el Papa para solicitar la mediación vaticana y sentarse en la mesa de discusiones, indudablemente, tiene un costo muy grande dentro de los sectores radicales, acostumbrados al lenguaje de la confrontación, del odio, del enfrentamiento, de la división, de la estigmatización del adversario.
Estos tiroteos verbales intercaladas con el llamado a la paz y al entendimiento son parte de una dinámica que no va a cesar.
Por eso, lo más importante son los resultados; es decir, lo que en definitiva pueda pasar al llegarse a acuerdos en la mesa de negociación.
Claro está que no es fácil llegar a acuerdos a corto plazo, dijo el Dr. Jiménez. Comparto la opinión expresada esta semana por el gobernador del estado Lara, Henri Falcón, de que no se puede estar diciendo que el 11 de noviembre si no hay decisiones, la oposición podría retirarse de las conversaciones. Porque no se puede cambiar una situación que se ha venido entronizando durante 17 años en apenas diez días.
Sería un error muy grande que la Mesa de la Unidad Democrática pierda la oportunidad que se le ha presentado de estar en una mesa de negociaciones, donde los mediadores son representantes de Unasur, de la propia Comunidad Europea y del Papa.
Ahora todo lo que está pasando en el país es del conocimiento universal porque Venezuela está siendo analizada profundamente en este instante.
Hay cuatro mesas de trabajo muy importantes que se han constituido para analizar, entre otros aspectos, el respeto al Estado de Derecho, los Derechos Humanos y reparación de las víctimas, así como la reconciliación, la economía social y la generación de confianza y el cronograma electoral.
Jamás antes se había presentado esta ocasión para hablar de estos temas, cara a cara, con la representación del Gobierno, enfatizó el Dr. Rafael Simón Jiménez.
