Así lo afirma Sary Levy-Carciente, coordinadora del Observatorio de Gasto Público (OGP) del Cedice Libertad a propósito del nuevo decreto de aumento de salario mínimo aparecido en Gaceta Oficial este martes.
La economista consideró que el aumento es una “compensación efímera” para los trabajadores, en vista de la espiral hiperinflacionaria en la que, a su juicio, está el país.
-Lo que el trabajador venezolano reclama no es un incremento salarial, sino políticas que frenen la inflación desbocada. Esto causará mucho daño a las pocas empresas pequeñas que sobreviven al acoso a la iniciativa privada-.
La especialista opinó que el anuncio de aumento salarial obvio la necesaria discusión sobre el presupuesto nacional.
-El poder de compra no viene de los incrementos del sueldo mínimo, sino de la aplicación de políticas coherentes que favorezcan la producción nacional, que controlen la emisión monetaria sin respaldo y racionalicen el gasto público.
Levy-Carciente también recordó que, ante el aumento del tamaño del Estado, que según sus estimaciones se ha duplicado desde 1998 y cuenta con casi tres millones de empleados públicos, ocasiona un aumento de gasto público que la ciudadanía tendrá que pagar, inevitablemente, con más carga impositiva.