No hizo falta que transcurriera un prolongado lapso para que las casas y calles de la zona norte de Barquisimeto se anegaran, pues la lluvia vespertina de ayer arreció en mayor medida en ese lado de la ciudad, como si las nubes se hubiesen estacionado a descargarse enteras.
Desde las 4 de la tarde y durante no más de una hora y media se extendió el aguacero que hizo de las calles lagunas, de los canales secos corrientes caudalosas y de las casas estructuras sin suelo visible.
Yanet Jiménez fue una de las habitantes de Las Veritas, sector Nueva Esperanza Bolivariana, más afectadas. La madre de tres hijos debió pedir alojamiento temporal en la casa de una vecina, mientras ella junto con su padre y un vecino se ocupaban de sacar el agua que se había internado entre las paredes de latas mojando muebles y colchones.
Tan intensa fueron las precipitaciones que se perdió de vista el suelo de la parte frontal del hogar de Emilia Nelo, residente del sector Andrés Bello II, también en la zona norte. Hasta unos 30 centímetros subió el agua y para sacarla utilizó una manguera conectada a una bomba. En 13 años viviendo allí, dijo la mujer, nunca había visto su casa de esa manera.
Otros se apoyaron en la colaboración colectiva para despejar las superficies, como lo hicieron Yelitza Torrealba, sus hijas y esposo, en la calle 6 del mismo sector. La tarea les restó tiempo y sumó cansancio, reconoció Torrealba.
La acumulación de líquido en el parte trasera de otra vivienda en la calle principal de Las Veritas logró que un frondoso árbol de mamón se desplomara. El único daño fue el hundimiento del techo del garaje.
Esta eventualidad fue atendida por un equipo de cinco funcionarios de la estación central del cuerpo de bomberos del municipio Iribarren al mando del teniente Jorge Mendoza, quienes además respondieron al llamado de ocho familias cuyos ranchos se inundaron en el sector La Chata, manzana tres, al norte. Estas personas, detalló Mendoza, perdieron el 50 por ciento de los enseres.
En otra porción del sector Andrés Bello cinco viviendas se deterioraron por la combinación del agua de lluvia y el colapso de las cloacas.
El mismo equipo asistió al reporte de una granja ubicada en la vía hacia El Trapiche cubierta por el agua. Esa zona, informó el teniente, es vulnerable a las anegaciones, razón por la cual anualmente envían informes de desalojo a los propietarios de la granja, pero hasta ahora no han atendido las recomendaciones de los bomberos.