El diálogo no es para salvar a un gobierno, sino para salvar al país, sostuvo el gobernador Henri Falcón a propósito del encuentro entre el oficialismo y la oposición el pasado domingo 30 de octubre en Caracas, donde también estuvo el enviado del Vaticano y varios expresidentes.
Falcón, quien estuvo en esa primera reunión exploratoria, espera que estos esfuerzos iniciales no se vean frustrados por las inconsistencias de algunos o la descalificación al contrario.
Apuntó que acordaron sentarse en la mesa para explorar alternativas que permitan resolver la crisis estructural del país. Eso no descarta la presión de calle que consideren las organizaciones políticas y sociales, recogidas en la Carta Magna.
Los factores democráticos decidieron sostener la presión cívica, pacífica y democrática, así como ejercer las presiones necesarias a través de la Asamblea Nacional y los organismos internacionales. Una cosa no excluirá a la otra.
Añadió que en esa primera reunión exploratoria se planteó un conjunto de iniciativas de parte y parte, específicamente se establecieron cuatro comisiones para un trabajo que tendrá desarrollo en el tiempo.
El mandatario regional exigió celeridad para que el diálogo no quede en el reconocimiento de las partes por tanto que las negociaciones demandan resultados concretos, reales y rápidos, a fin de no generar frustraciones y por el contrario crear confianza en la población.
Destacó que las cuatro comisiones se traducen en la aspiración inicial de las partes.
Los presos políticos es un tema prioritario para lograr una buena negociación. También es prioridad la crisis institucional, la legitimidad de la Asamblea Nacional y la actuación del Poder Judicial y el CNE.
Reiteró que no es una negociación para salvar a un gobierno, es una negociación para salvar al país. El diálogo también es para abordar el problema del hambre y la apertura del canal humanitario.
Aseguró que durante la reunión hubo distintas iniciativas para la transición política: la resolución inmediata del revocatorio, adelanto de la elección presidencial o elecciones generales para el año 2017 en la que se midan gobernadores, alcaldes y el Presidente de la República.
“Se hizo mucho énfasis en bajarle el tono al discurso para generar confianza en la población. Los políticos debemos hablarle con la verdad a la gente y de manera oportuna. El camino es el de la racionalidad, no el de la anarquía y la guerra”.
En ese sentido, garantizar la gobernabilidad de ahora y el futuro será clave en la mesa de diálogo.
“Que no se pierda el esfuerzo ni queden varadas las aspiraciones del 85% de la población venezolana que quiere paz y menos retórica y polarización. No podemos dejarnos de llevar por pequeños sectores extremistas, radicales, que son minoría pero que inciden mediante la crítica en las redes sociales”.
Subrayó que la crisis no se resolverá en diez días, por lo tanto, el 11 de este mes no habrá una solución definitiva. El diálogo es progresivo para que sea eficaz y efectivo. «No hay que ser hipócrita (…) no hay diálogo sobre una solución tan compleja que se pueda resolver en 10 días (…) el 11 no hay una solución definitiva»,dijo.
Sobre si su presencia en el diálogo, así como la de Timoteo Zambrano, genera desconfianza en ciertos sectores, expresó que algunos lo ven como una amenaza por abordar el camino de la lógica, por no andar por caminos extremos. Aclaró que no son títeres de nadie.
