La tranquilidad y el libre tránsito parecen haber llegado a Cabudare Centro los días miércoles, luego de la reubicación y organización del tradicional mercado La Cruz por parte de la Alcaldía del municipio Palavecino.
A cinco semanas de iniciado el conflicto entre los 800 buhoneros que hacen vida en el mercado a cielo abierto y la municipalidad, la problemática aparentemente está solucionada.
Tras varias conversaciones, protestas y pese al descontento de algunos comerciantes informales, la calle La Cruz y la Guillermo Alvizu, perpendiculares a la avenida Libertador, fueron despejadas en su totalidad. Los tarantines ahora se establecen en las calles Vicente Amengual y San Rafael, alrededor del estadio de beisbol Terepaima.
Contó el supervisor de los mercados itinerantes en Palavecino, Mauriel Ramírez, que este martes entregaron las primeras 263 concesiones de uso, las cuales le dan la facultad jurídica a los vendedores ambulantes para establecerse en el mercado. La semana siguiente esperan otorgar otros 250 permisos para culminar, dentro de 15 días, con la entrega de las últimas 300.
Mientras tanto, le han dado la libertad a los buhoneros de situarse provisionalmente en los puestos 2×2 (metros); así lo hicieron este miércoles, aunque con menos cantidad de trabajadores del comercio informal, como también con menor asistencia de palavecinenses.
“Debe prevalecer el orden, el control y el cumplimiento de las normativas (…) Durante mucho tiempo operó en anarquía; no se podía llamar mercado porque era un caos total”, dijo.
Aseguró que la mayoría de los buhoneros está de acuerdo con la organización, aunque hay un pequeño grupo que “prefiere la anarquía porque allí tenía sus negocios raros que hoy se ven truncados”.
Descontentos por bajón en ventas
Algunos trabajadores de la economía informal comentaron a EL IMPULSO que están preocupados por el bajón en las ventas que se ha percibido este año por la pérdida del poder adquisitivo del venezolano, pero que se ha acentuado, según denunciaron, por la reubicación del mercado.
“La gente cuando no ve mercado en la entrada de Cabudare cree que no hay, a veces me dicen que llegan a la esquina y se devuelven. Las ventas están malísimas en este último mes”, narró el señor Néstor Vargas, quien tiene un puesto de ventas de zapatos.
Asimismo, destacó que los comerciantes ya tenían una clientela fija y al reubicárseles, la perdieron.
Varios de los vendedores criticaron el accionar del alcalde José Barreras, pues los aleja de lograr los ingresos que suelen tener en la época predecembrina.
