Ni el más optimista en el Atlético Venezuela ni el más pesimista en el Deportivo Lara habría pronosticado lo que sucedió la noche del lunes en el Metropolitano de Cabudare. El 0-3 que reflejó la pizarra final no estaba en los planes de nadie, más allá de que estuviesen cara a cara el segundo de la tabla contra el séptimo del escalafón. Pero en cancha, el conjunto de Caracas, de ideas más claras, con su fútbol directo, muy vertical, desbordó por completo al elenco de casa, totalmente desorientado, de presentación para el olvido en defensa y sin mayores argumentos en ofensiva, para llevarse un inapelable y merecido triunfo.
De la mano del entrenador español Alex Pallarés el Atlético Venezuela ha pasado a ser un club protagonista, con posibilidades reales de luchar por el título del actual torneo Clausura, luego de acostumbrarse a navegar por la zona baja de la clasificación, siempre conforme con el poco ambicioso objetivo de salvar la categoría.
Quedó claro en el césped crepuscular que lo hecho por el llamado cuadro nacional en la primera fase del certamen -segundo en la tabla con 35 puntos- no ha sido producto de la casualidad, sino que obedece a un impecable patrón de juego, en el que prevalece el esfuerzo colectivo, apalancado en el inmejorable momento físico de sus jugadores, por encima de las individualidades. Se trata de un club de muchos “obreros”, en el que, eso sí, destaca por sus buenas formas el atacante Joel Infante, autor de un par de los tres tantos de anotados.
Y con eso no pudo el Lara, que, de paso, jugó uno de sus peores encuentros desde la llegada de Leo González al banquillo. Fue nulo en ataque, con apenas un disparo con dirección al arco en todo el partido, por allá en el minuto 90+2, cuando estaba todo decidido, y poco solvente en defensa, desbordado por todos los flancos, centro de la cancha y laterales, sin poder responder a la capacidad atlética y física de los atacantes visitantes. Mientras los del rojinegro iban a una velocidad, los del cuadro azul “volaban” en la cancha, y creaban peligro con cada llegada.
“Los defraudamos”, señaló Yonaiker Reyes, mediocampista que vino de la banca para tratar de hacer despertar al Deportivo Lara, sin poder lograr del todo su objetivo.
“No estaba en los planes de nadie perder así en casa, creo que la situación es amarga, frente a nuestra gente que vino a apoyarnos, trataron de llenar el estadio y siento que los defraudamos, nos faltó actitud, pero ellos también hicieron un gran partido”, indicó el jugador en declaraciones emitidas a través del departamento de prensa del club.
El duelo de vuelta está programado para jugarse el venidero sábado, con el cuadro larense obligado a ganar por diferencia de cuatro goles para sellar la remontada. Parece difícil, pero no es imposible.