El intento del diálogo es conveniente ante la situación dificilísima que tiene hoy Venezuela, considera Américo Martín, profesional del Derecho, escritor y analista político, al ser entrevistado telefónicamente desde la Redacción de EL IMPULSO.
Las opciones en el país son muy extremas y por tanto es importante que a partir del domingo pasado haya aceptación de sentarse como iguales el Gobierno y la oposición, dice quien ya en el mandato de Hugo Chávez fue parte de la representación de la disidencia que se sentó frente al oficialismo.
Hay que recordar que hasta hace pocos días los representantes del Gobierno decían que jamás se reunirían con los “enemigos de la patria” y utilizaban otras palabras para eludir el compromiso moral.
Alguna gente de la oposición, probablemente con sus razones sospechan del Gobierno, porque este ha arremetido contra los Derechos Humanos y específicamente contra dirigentes de los partidos que se encuentran en la MUD.
Pero, hay que tomar en consideración que el diálogo es la esencia de la democracia y debe ser aprovechado plenamente.
No puedo asegurar que será exitoso, pero se corresponde con la manera que ha planteado la oposición de buscar una salida pacífica, constitucional, democrática y electoral. En tal virtud, puede verse como un paso adelante para tener un territorio para la lucha democrática.
En este sentido, la MUD buscará concretar puntos y es posible que el Gobierno se cierre, pero ahí están los mediadores para continuar las discusiones.
La primera carta que enseña la oposición tiene que ver con los Derechos Humanos y la liberación de los presos políticos, así como también con la solución electoral y el revocatorio; pero, en caso de que haya una alternativa en este aspecto, presentar el adelanto de las elecciones para la Presidencia de la República, Asamblea Nacional y gobernadores el año que viene.
El resultado es previsible: se sabe que la oposición va a obtener una amplísima victoria en la Presidencia e incluso podrá aumentar el número de parlamentarios y si no gana todas las gobernaciones, obtendrá la mayoría. Eso es lo que inhibe al Gobierno.
Será la oportunidad para que la MUD con ayuda de los mediadores convenza al Gobierno de que la derrota en democracia es un hecho normal: se gana o se pierde.
Se pierden los cargos que están en disputa; pero, no los derechos. Si se respetan los resultados, el derrotado permanecerá en el juego democrático y sus derechos estarán garantizados. Eso siempre lo ofreció la oposición. Y ahora más que nunca existe plena garantía de esa decisión por las excelentes relaciones que se tienen con el papa Francisco.
Conviene señalar que el Vaticano se ha tomado este asunto no como algo rutinario, sino como una gran pasión. Y la Iglesia Católica venezolana se ha encargado de recordar los problemas. De manera que no le tengamos miedo al miedo, como decía Franklin Delano Roosevelt.
