Gobierno y oposición vuelven a verse las caras. No es la primera vez. En al menos tres oportunidades lo han hecho.
Se reunieron en abril de 2014, en el Palacio de Miraflores en Caracas, tras varias semanas de protestas. Asistió el nuncio apostólico del Vaticano Aldo Giordano, quien leyó una misiva del papa Francisco. También participaron los cancilleres de la Unasur: Mariángela Holguín de Colombia, Ricardo Patiño de Ecuador y Luiz Alberto Figuereido de Brasil.
A Nicolás Maduro lo acompañaron Jorge Arreaza, Elías Jaua y otros integrantes del Ejecutivo nacional. En representación de la oposición asistieron los gobernadores Henri Falcón, Liborio Guarulla y Henrique Capriles Radonski, Omar Barboza, Ramón Guillermo Aveledo, Julio Borges, Roberto Enríquez y Henry Ramos Allup. Este encuentro fue televisado a través de distintos medios de comunicación.
También en abril de 2014, Gobierno y empresarios instalaron mesas de trabajo. Se reunieron en el Salón Venezuela del Círculo Militar, donde tuvo lugar la Conferencia Económica por la Paz.
Ahora en octubre de 2016, tras un cónclave de siete horas y nuevamente bajo la mediación del Vaticano se acordaron cuatro mesas de trabajo: crisis alimentaria y de salud, agenda electoral, situación de los diputados de Amazonas y presos políticos. La primera mesa de trabajo será el 11 de noviembre. La reunión exploratoria fue en el Museo Alejandro Otero ubicado en La Rinconada en Caracas.
En esta edición estuvo el jefe de Estado, Delcy Rodríguez, Jorge Rodríguez, Ernesto Villegas, Elías Jaua y Luis Zapatero. De igual forma, el secretario general de la Unasur, Ernesto Samper, el expresidente de Panamá, Martin Torrijos, el expresidente de República Dominicana, Leonel Fernández, el exembajador Roy Chaderton y el enviado especial del Vaticano, Claudio María Celli. Participaron por parte de la oposición Jesús Torrealba, Henri Falcón, Timoteo Zambrano y Carlos Ocariz.
Estéril
Para el politólogo Yosbert Vázquez el proceso de diálogo no es inédito. En términos de efectividad, el acercamiento en 2014 fue totalmente estéril.
En cualquier proceso de resolución de conflictos, la primera fase de conversación no arroja resultados inmediatos por tanto que los procesos políticos son lentos.
“Ese encuentro de 2014 fue una especie de catarsis y de mensaje a la ciudadanía. Es decir, pese a la crisis somos capaces de reconocernos. El gobierno en ese entonces reconoció a la MUD como un actor político importante”.
Vázquez sostiene que el diálogo en 2014 no cumplió con las expectativas generadas en el momento. Se pensaba que el diálogo repercutiría en mejoras inmediatas y funcionales de la situación país.
“Era un disparate pensar eso porque los procesos políticos-sociales son muy lentos”.
Destacó que entre 2014 y 2016 hubo dos encuentros más entre Gobierno y oposición.
“Luego de tres encuentros es necesario arrojar resultados palpables. Tiene que haber resultados. Tiene que haber un cronograma de acciones porque de lo contrario el diálogo se queda en una catarsis, que no aborda de manera efectiva las exigencias que hacen la sociedad y otros actores políticos. Por eso sigo calificando el diálogo de estéril”.
-Unos le apuestan al diálogo y otros no, ¿qué opina?
-Eso es normal en la dinámica política, pero no es inteligente. Decir que no están dadas las condiciones es un argumento débil y absurdo ya que un diálogo de este tipo ocurre justamente porque no están dadas las condiciones para la gobernabilidad. La MUD es una coalición política y si uno u otro partido no está de acuerdo con el diálogo eso no incide en mayor cosa.
-¿Qué opina de los actores de la reunión exploratoria?
-La MUD estuvo representada por el ala menos radical de la oposición. Eso no significa que se entiendan con el Gobierno. Pudieran señalar a Henri Falcón, de lectura política bien difícil, de gran negociador. Simplemente son personas que en su criterio, la confrontación, no es la opción para salir de la crisis. Son líderes transformacionales porque reconocen a sus opositores. Cualquier señalamiento es producto de una alta polarización.
-¿Qué pasaría si no hay resultados?
-Si no se producen acciones específicas (contra los funcionarios señalados de corrupción, contra las instituciones del Estado, etc.) será otro fracaso y la factura será bien alta para toda la MUD. Al mismo tiempo, no puede variar la presión en la calle, que le restan espacios de poder al Gobierno nacional. Sería un error garrafal dejar de lado la presencia activa y ese aire de esperanza dado a los venezolanos.
Diálogo = entregar llamado a la calle
Oswaldo Ramírez, consultor de Estrategia, Riesgo Político y Campañas Electorales, opina que la calle es la herramienta que tiene la oposición para hacer valer el derecho al voto.
Ramírez sostiene que en 2014 no hubo diálogo, se trató de reuniones exploratorias, igual que ahora, con el “propósito” de concretar una mesa de resolución de conflictos.
Asegura que todavía no se entiende qué va más allá del diálogo.
“En 2014 no hubo el más mínimo acuerdo porque dentro del oficialismo y de la oposición hay grandes fracciones de poder, que hoy día se han reducido. En ese entonces cada quien se dijo lo quiso pero hoy definitivamente tiene que haber acuerdos”.
Ramírez plantea que el chavismo-madurismo debería ceder, sin embargo, no muestra las más mínima intención de hacerlo, pese a que la oposición ganó legitimidad al alcanzar la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, neutralizada lastimosamente por el resto de los poderes públicos y un sinfín de arbitrariedades.
“Por eso la calle es la herramienta política de la oposición. Con el diálogo el madurismo pretende que la oposición entregue el llamado a la calle”, expresa el director de orcconsultores.com.
-¿Cuál es el siguiente paso?
-El paso siguiente es negociar para decantar esta crisis mediante un objetivo en común, el problema es que ese objetivo es totalmente disímil para el chavismo-madurismo y oposición. La oposición quiere elecciones y el gobierno no. Eso es no ponerse de acuerdo en lo más mínimo porque detrás de todo eso está el canal humanitario, la amnistía, la entrega del poder pacíficamente, la autonomía de los poderes, el respeto al parlamento, etc.
-¿Qué le resta a la MUD?
-Si la MUD no mantiene su hoja de ruta perderá apoyo rápidamente. Puede ganar problemas de reconocimiento y de legitimidad. La gente interpreta, aguas abajo, que el diálogo es para comprarle tiempo al gobierno.
Diálogo no inhabilita presión de calle
Luis Francisco Cabezas, politólogo, considera que estas reuniones exploratorias son muy distintas hoy día en virtud del contexto país. El país que tenemos hoy no es el del 2014, reiteró.
“Tenemos unos terribles niveles de deterioro económico. Asimismo, una situación política distinta. La correlación de fuerzas ya no es la misma. Hoy tenemos un parlamento de oposición. Aunado al deterioro político de la figura presidencial, cercano al 20 % de respaldo y tenemos al Vaticano, que juega un papel fundamental en esta nueva edición del diálogo”.
Cabezas indica que es compresible que hayan escépticos respecto al diálogo, por tanto que en 2014 no hubo ningún avance significativo, más allá de una foto o apretón de manos.
Ahora, el Vaticano y la presión internacional, le imprimen a las reuniones un elemento diferente.
Hay un grupo de países dispuestos a activar la Carta Democrática Interamericana. Eso no estaba en 2014. Incluso, hay voces disidentes dentro del propio chavismo, que hacen presión.
“La región suramericana completa puede verse afectada por un quiebre institucional en Venezuela”.
Explica que en 2016 la puesta en escena del diálogo parte de las respuestas inmediatas para la sociedad, claro, los tiempos políticos no son los mismo tiempos sociales. Lo político va a un ritmo que, por ejemplo, no es el mismo en el cual se deteriora la salud en el país.
“Creo que el diálogo es una posibilidad mucho más viable que el enfrentamiento porque sabemos de qué lado están las armas y los pocos escrúpulos que se tienen para usarlas”, aduce el MSC en Acción Política.
A juicio del especialista el diálogo no inhabilita la presión de calle que pueda impulsar la MUD porque diversos movimientos sociales están activos. En Venezuela hay más de 50 protestas diarias que ni siquiera son propulsadas por la MUD o partidos políticos, se trata de comunidades organizadas que protestan por sus derechos fundamentales.
“La vía es diálogo, presión de calle y presión internacional con objetivos claros. Primeramente devolver el derecho a revocar, separación de poderes, liberación de presos políticos, canal humanitario, etc.”.
La oposición es mayoría pese al ventajismo oficial por lo cual el gobierno no va a aflojar el revocatorio porque es su principal amenaza, allí juega un papel fundamental el mediador, declaró.
Cabezas le recomienda a la MUD mantener la coherencia en la línea comunicacional.