De esta posible mesa de diálogo no depende la paz y la tranquilidad de Venezuela.
Así lo sostiene el Dr. Rafael Bayed, experto en Derecho Canónico, al ser consultado por EL IMPULSO sobre la participación de El Vaticano en la reunión sostenida la noche del domingo entre Nicolás Maduro y algunos de sus colaboradores, por el oficialismo, y de Jesús “Chúo” Torrealba, secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática y otros factores identificados con la oposición.
Depende de otra mesa de diálogo, explica. No del Gobierno, ni de la disidencia, sino de dos factores externos:
1) La situación de Cuba. Mientras no esté levantado totalmente el embargo a Cuba, por parte de los Estados Unidos y algunos países que lo apoyan, el régimen de los Castro no va a permitir que se le corte el flujo petrolero y del dinero utilizado por importaciones venezolanas que se hacen a través de la isla caribeña. No podemos obviar que en nuestro país se ha pasado de 20 mil a 45 mil cubanos que se encuentran diseminados por todo el territorio en funciones relacionadas con la política cubana. Y Hugo Chávez suscribió en el 2000 convenios de reciprocidad con Fidel Castro, que no fueron hechos públicos, pero que en caso de que esté en peligro de desaparecer la llamada revolución, el régimen cubano podría intervenir para restablecerlo.
2) La situación de la paz en Colombia. El gobierno del vecino país y la guerrilla no quieren que la paz de los colombianos tenga presiones externas para que lograr un final feliz. Como las FARC no está muy segura de la tranquilidad que pueda tener en Colombia necesita de un sistema como el que tiene Venezuela para tratar de oxigenarse y presionar a la sociedad colombiana de que tiene un respaldo al lado.
Por otra parte, donde ha intervenido El Vaticano siempre ha tenido la política de ir a paso medido. Lamentablemente, el Gobierno venezolano no tiene una cancillería adecuada y se ha puesto al mismo tono de la queja popular de la confrontación y la guerra con la disidencia democrática.
El Vaticano nunca va a salirse de su metodología de tratar de establecer una diplomacia silenciosa, adecuada y que pueda definirse al final cuando haya un acuerdo con los puntos que se han trazado.
Voceros inadecuados
El Dr. Bayed tiene observaciones sobre el encuentro, que en su opinión no se ajustan a la exploración.
Por parte del Gobierno estuvieron Maduro y la canciller Delcy Rodríguez y tres personas que no hacían falta porque no representan la estructura del Gobierno nacional y que han sido agresivas y muy groseras con la disidencia: el alcalde de Libertador, Jorge Rodríguez, el ex embajador Roy Chaderton y Elías Jaua, uno de los hombres más perversos que ha tenido el régimen de Chávez-Maduro, quien con rabieta obligó a desconocer al gobernador del estado Miranda para que lo nombraran jefe político de esa entidad, y siendo diputado desconoce la autoridad de la Asamblea Nacional. Faltaban los que han debido estar: los ministros de Relaciones Interiores y el de la Defensa, y si acaso uno de los ministros del área de las finanzas, porque uno de los aspectos a tratar es la situación económica. El problema no es con el PSUV, sino con el Gobierno. El PSUV es un partido que se mueve con sus seguidores, pero quien está fijando la política es el Ejecutivo Nacional.
Por el lado de la disidencia hay personas que no son de la confianza de la oposición, que es el gran electorado venezolano. Porque han tenido conductas poco ortodoxas en su comportamiento de la MUD y en general de la oposición: Timoteo Zambrano, de quien sabemos que hizo gestiones para llevar a Manuel Rosales a su casa. Hay oscuras posiciones por las cuales no pueden esas personas representar a la disidencia. Y no sé por qué estaba el gobernador Henri Falcón, quien parece otro Arias Cárdenas, porque tiene un vaso comunicante con Maduro. Considero que ni siquiera ha debido estar presente Torrealba.
-¿Por qué?
-Porque la principal representación popular, la Asamblea Nacional, ha sido desconocida por el régimen. En estos momentos se investiga la nacionalidad colombiana de Maduro. De hacerse presente la oposición a través de un representante, se le está reconociendo al Presidente como legítimo. Lo que ha debido hacer la disidencia es ir a El Vaticano, presentar su pliego de peticiones y decir que una vez que se cumplan sus demandas, sustentadas en la Constitución de la República, estaría dispuesta a sentarse con el Gobierno en la reunión de exploración. En estos momentos, las expectativas son mayores. Difícil es el camino.