Para recordar: “Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas” (Mateo 6: 24).
La expresión: “Nadie puede servir a dos señores”, data de la época de Jesús, el hijo de Dios. Fue una conducta observada en su tiempo y para el futuro, donde mucha gente le importaría más el aspecto material, que el lado espiritual.
Por su parte Elena de White señala: “Quienes tienen un amor irracional por las riquezas, muestran claramente que es imposible seguir a dos señores, a Dios y a Mammón… (El diablo, dioses terrenales, el dinero, poder, cosas materiales) y por amor ‘a lo material’, violan la ley de Dios. Pueden profesar la religión de Cristo, pero no aman sus principios ni tienen en cuenta sus amonestaciones” (Consejo sobre Mayordomía Cristiana, p. 226).
Con mucho respeto decimos: Pareciera que en Venezuela hay dos presidentes. A veces se le da más publicidad al discurso del anterior (ya fallecido), que al actual gobernante. Y… nadie puede servir a dos señores.
Otro ejemplo es que en Venezuela se ha inventado, fuera de la constitución, tener gobernaciones en paralelo, en varios lugares del territorio nacional ¿Acaso no hay dos personas gobernando? “Querrás mucho a uno y despreciarás al otro”.
Hay numerosos individuos que aman más el poder, que a Dios. Por ello, expresamos lo que está pasando en nuestro país. La evidencia de un poder malversado, o abusado, tal vez fue lo que hizo suspender la actividad de recolección de firmas, y con la misma, hasta nuevo aviso suspendieron el proceso revocatorio, y es lo que no se debe perder de vista.
El amor a Mammón (antes descrito), oscurecerá los sentidos a todos los que no les importa la situación de Venezuela. Son muchas las personas que sufren. Hay una innegable crisis. Se puede pensar, que los que desean mantenerse en el poder, no les importa al prójimo. Si alguno dice: “Yo amo a Dios, y al mismo tiempo odia a su hermano, es un mentiroso. Pues si uno no ama a su hermano, a quien ve, tampoco puede amar a Dios, a quien no ve” (1 Juan 4:8).
Por esa ansia de poder, riqueza o bienes, hay quienes justifican falsamente la razón de sus acciones, que los lleva a violar leyes divinas, de la nación, del mundo en general, en detrimento del país donde viven.
“Nadie puede servir a dos señores”, es el capítulo de un libro de la autora, White, antes citada. Y allí dice que “ninguno puede servir a Dios y al mundo al mismo tiempo” (Consejo para la Iglesia, p.585). Por ello, apelamos a los señores que nos gobiernan, para que se conduelan de todos los seres humanos que están pasando hambre, enfermedad y pobreza ¡Esta situación necesita ser corregida inmediatamente!
Por todo lo anterior, por esa lucha entre el bien y el mal; la lucha del Gran Conflicto, entre Dios y Satanás, la autora que citamos dice: “Nadie puede ocupar una posición neutral; no existe una posición intermedia, en la que no se ame a Dios y tampoco se sirva al enemigo de la justicia” (Discurso Maestro de Jesucristo, p. 80).
Servir a Dios deberá ser nuestra prioridad. Lo demás: comida, vestido, casa, dinero, viene solo. Al servir al Señor, servimos a nuestro prójimo y a la nación; lo material pasa a segundo plano y con ello demostramos que no estamos dispuestos a servir a dos señores.