Sería ingenuo pensar en que un régimen castrista con raíces estructuradas sobre 18 años de un ejercicio corrompido del poder entregue el gobierno sin ofrecer resistencia, por el simple hecho de haber perdido la voluntad popular. Eso no existe en la mente del déspota. Recordemos que el chavismo se sostiene sobre un tinglado jurídico, militar, represivo, corrupto y populista hecho a su medida. Bajo ninguna circunstancia van a dejar los privilegios derivados del manejo de los dineros públicos en un país petrolero y lleno de recursos naturales para ir a prisión. Las cosas en Venezuela no son tan simples como quisiéramos. Dejamos enraizar esto hasta límites extremos con ramificaciones internacionales, concatenadas con el Foro de Sao Pablo y las izquierdas globales que luchan contra las fuerzas imperiales mediante la admisibilidad de capitales de dudosa procedencia fuera de las estructuras financieras convencionales…
La sociedad venezolana destruyó su democracia y ahora tendrá que pagar las consecuencias de su insensatez. En política, las culpas se pagan bien caro. No es casual esto que estamos viviendo. Las restricciones democráticas tienen muchos años imponiendo sus tentáculos en nuestro país. La autocracia de cogollos en los partidos del viejo estatus, la corrupción a todos los niveles de la sociedad, el abuso de poder del funcionario corrupto, el facilismo, la flojera y la viveza criolla. La ausencia de ética en el ejercicio profesional, la paternidad irresponsable, el empresario ladrón, la mirada de desprecio al pobre, el resentimiento del pobre contra el pudiente y, por sobre todo; la falta de amor por Venezuela; fueron los factores y debilidades conductuales que irreversiblemente gestaron esta tragedia política planificada por los Castro desde la década de los sesenta. Hoy vemos con vergüenza, que todo lo que costo tanto construir, fue saqueado por esta nueva élite política continental que dice llamarse socialista…
Los gritos de alegría durante las confiscaciones de tierras y empresas productivas, ahora se transforman en el hambre de un país que no soporta más humillaciones. Hemos llegado al punto de quiebre final a partir del cual se debe imponer la carga testicular del pueblo y su dirigencia. Las voces internacionales, incluido el Vaticano, abogan por un impostergable diálogo que debe producirse en función de evitar una tragedia más grave aún que ver morir de hambre y de mengua al país. A tales efectos, con el perfil del régimen, la sociedad debe mostrar la fortaleza suficiente para obligar ese diálogo en los términos de respeto requeridos. La respuesta de parte de la dirigencia opositora debe ser lo suficientemente contundente como para encauzar las acciones tendentes a restituir el voto popular como mecanismo de resolución de conflictos. Vistos los hechos, no vemos otra manera de revertir esto más que la fuerza de calle….
Mis comentarios:
.- El sabotaje del proceso refrendario de parte del régimen, no podía permitirse millones de venezolanos en las colas, durante tres días, esperando para firmar el derecho a revocar la bastardía roja…
.- Es ahora cuando debemos actuar con coraje democrático…
.- Por nuestros propios errores, ahora tendremos que pujar muy duro para recuperar la democracia que nosotros mismos destruimos…
Porque no aceptaron mis consejos y despreciaron mis advertencias, se comerán los frutos de su conducta y quedarán hartos de sus planes… (Proverbios 1:30 – 31)