Cardenales no está ejecutando la rutina, las pequeñas cosas, y el béisbol le cobra. Los errores han tenido fuerte incidencia en casi todas las derrotas. Se toca muy mal la bola y algunas veces se falla en los fundamentos. Por eso su inquietante vaivén en los resultados.
Quizá muchos detalles quedarían borrados con los batazos que no aparecen. En el quinto tramo se anotaron dos aprovechando pifias rivales y el descontrol del abridor Kurt Heyer, pero con las bases llenas fallaron Pérez y Ravelo. Más claro lo del inning siguiente. Ante Boon Withing, recibieron dos transferencias, Cedri Hunter llegó a tocar la bola y su globito al pitcher generó un doble play que mató la entrada. Igual pudo ser de mejor provecho el séptimo de dos marcas, y con dos a bordo fracasaron Maikol González y otra vez Hunter.
En fin, los episodios grandes no aparecen. Zulia en cambio le sacó provecho a casi todos los chances que encontró, ejecutando precisamente lo que su oponente no pudo. Lara no encuentra la cohesión en el ataque porque no reviven sus maderos de más calidad. Rivero vive un slump desesperante, Ravelo no tiene el mismo ritmo de la pasada campaña, Montero pasó dos días en la banca y el par de jardineros importados muestran los peores resultados.
Juniel Querecuto ha tenido un desempeño impactante, casi solo en tal gestión arriba en el lineup, pero en el medio los imparables aparecen con poca frecuencia. Giménez le ha dado alegría al quinto turno, pero el club con más toleteros de fuerza en el torneo no se expresa en el terreno de la forma esperada.
Dorante busca, rebusca, prueba y reprueba. La situación no es crítica ni mucho menos porque salvo Zulia todos los demás equipos aparecen en un gran pelotón. Raúl Rivero por veintiocho vez en treinta inicios trabajó al menos cinco capítulos.
Ya puede resultar cansón decir que los abridores son unos verdugos, desaprovechados en casi todas sus tareas. Para colmo Mike Demark llegó fuera de foco en el noveno y con dos en bases y cuenta completa le sirvió una recta a Wilson García, quien reventó un doblete que rompió el empate a cuatro y liquidó el juego, poco antes que Arcenio León apareciera con su reta demoledora. Se perdió el chance de ingresar a .500. Ese promedio le juega tantas carantoñas a Cardenales.