3500 kilómetros en el Appalachian Trail o Sendero de los Apalaches, fue el recorrido que este senderista de corazón guaro, realizó por 14 ciudades de Estados Unidos. Después de incursionar en Caminos Verdes, el popular grupo que recorre lugares naturales en varios estados del país, Khalil tomó la decisión de disfrutar la vida, conociendo los rincones más hermosos de Venezuela y el mundo, siendo sin saber la primera persona venezolana en dejar registro de completar esta ruta.
Con la intención de hacer ejercicio y conocer nuevos espacios, este chico de 25 años cuyo nombre está inspirado en el escritor árabe Khalil Gibran, empezó a sentir que caminar por la montaña era una experiencia de relajación. “Sales el domingo y durante la semana cuentas los días para volver a caminar”. Su actitud arriesgada como mochilero,inició durante su adolescencia cuando acampaba en la playa durante vacaciones con su mamá, viajes que repitió con sus amigos en las playas de Aragua y le generaron “una adicción por la naturaleza”. Durante el año 2015, la vida le cambió al perder las dos personas más importantes de su vida, que se despidieron del mundo terrenal. Con este duro golpe, decidió tomarse “un break” para desconectarse y hacerle caso a su alma, con viajes a los picos de Sierra Nevada, vivencias únicas que lo motivaron a investigar los destinos de las mejores excursiones.
Primer encuentro
Al ser un investigador, Khalil siempre estuvo averiguando cómo perfeccionar su desempeño en las montañas, y así conoció al Appalachian Trail en una publicación de Youtube, que explicaba la preparación para salir de excursión con personas llamadas “hikers” que significa senderistas en español, lo cual fue sorprendente para él porque “no sabía que había gente que pudiera caminar y estar tanto tiempo fuera”. Así fue como en enero de este año consideró la posibilidad de asistir ya que tenía el tiempo, los recursos y las ganas, así pensó que era el mejor momento y lo concretó justo el 18 de marzo, cuando después de tomar las previsiones y contratar una empresa que brinda la ayuda necesaria llamada “hiker hostel”, estaba dando sus primeros pasos en Georgia en la entrada de la ruta donde pensó, “la incertidumbre es intimidante”.
Mente de montaña
Cuando comienzas a caminar en una ruta donde no conoces que personas puedes encontrar y todo lo que te espera, debes “pasarse el chip de montaña”, caminar a un ritmo suave para que el cuerpo se adapte porque “la casa no está cerca” y es necesario conservar las energías, donde su mejor acompañante, fue el teléfono inteligente, que sirvió como “guía, música, cámara y comunicador” que cargada con un banco de energía portable. El primer reto para Khalil fue el Approach trail o camino de aproximación, los primeros 12 kilómetros para llegar a la verdadera entrada. Los árboles estaban como muertos, porque era la estación de primavera y encontrar la primera “white place” o marca blancafue muy alentador, fue la señal en rocaque decía “bienvenido a la ruta del Sendero de los Apalaches”. Para ubicar el contexto, según las estadísticas, sólo una de cada cuatro personas que comienzan termina la ruta, por diferentes razones como cansancio, fatiga o lesiones.
Las sorpresas
Los primeros días el tiempo estimado de caminata era entre los 8 y 10 kilómetros, que empezaron a ser un problema después de los primeros 100 recorridos, cuando “le empezaron a doler los tendones de Aquiles cada vez más”, lo que ocasionó que alentara el paso y descasara durante cinco días en Franklin, Carolina del Norte. Durante este tiempo estuvo desilusionado por todo el esfuerzo que había realizado hasta llegar a este punto y notar que en tan poco tiempo estaba indispuesto, incluso cuando pasaron los cinco días y retomó el paso comenzaron a dolerle de nuevo, pero trataba de alejarse de los medicamentos para el dolor, porque al no sentir la molestia se seguía lastimando y era peor. A pesar del panorama gris, analizó que aún soportaba caminar 8 kilómetros diarios, “y no todo el mundo lo puede hacer”, así que como no le gusta fracasar optó por caminar lo que su cuerpo le permitía al día por esos seis meses, para al menos llegar a la mitad de la ruta.
Durante el trayecto poco a poco fue sintiendo gran mejoría, pero las sorpresas, el frío y los encuentros no se hicieron esperar. “Vi 8 osos, siete cascabeles, venados, ardillas y muchos ratones (que si no cuidabas bien la comida la perdías), alces, castores y muchísimos pájaros”. Una de las mejores anécdotas “peligrosas pero que ahora vale la pena contar”, fue el encuentro con una osa negra y dos ositos bebés en pleno sendero. Aunque normalmente por su tamaño mediano no son agresivos, una mamá osa es “sumamente territorial” y eso hizo que Khalil perdiera algunas horas de camino, al tener que bordear la ruta hasta llegar a la carretera y retomar el paso porque la osa no se lo permitió. Varias serpientes también hicieron sus apariciones, pero al haberse preparado para estos encuentros, las reacciones de Khalil siempre fueron pacíficas y se quedaba tranquilo, no podía tocarlas pero si hacer ruido con las piedras para transmitir autoridad, así como gritar y elevar los brazos con la osa para demostrar “que estaba dispuesto a dar la pelea”.
La comida
Fue uno de los retos más interesantes especialmente durante tanto tiempo, donde la avena, los macarrones con queso y el puré de papa instantáneo fueron los mejores acompañantes. Khalil tuvo que adaptar su dieta a los alimentos que venden en Estados Unidos y adquiría en los pequeños pueblos a las afueras de la ciudad que se encontraban entre 5 y 20 kilómetros lejos de la ruta principal. Cada vez que tenía la oportunidad de comprarse algo que no fuera la comida de montaña,el menú era “una hamburguesa o una pizza”. No se arriesgó a probar cosas nuevas para evitar problemas estomacales, algo que nadie quiere vivir en esos lugares, pero pudo disfrutar los famosos pancakes con huevo y tocineta, necesarios para recuperar todas las calorías quemadas al día. Lo mejor de la ruta fueron los “Trail Magic”, donde personas con carros se acercaban para regalar a los hikers comida rápida y bebidas gaseosas.“Me adapté a un sistema de comida que era avena en el desayuno por 175 días, tortillas de harina con atún en el almuerzo ylos macarrones en la cena “que ya no quiere ver”. Uno de los mejores datos, fue agregar aceite de oliva a cada tortilla como un extra de energía y por supuesto los snacks entre comidas.
“Llegar fue pura gloria”
Caminar los últimos 160 kilómetros para llegar a la base de la cumbre Katahdin, tramo final del recorrido, fue un momento muy emocionante y a la vez de estrés para Khalil y su grupo, porque según el pronóstico del tiempo, llovería el dia final. Pero después de tantos días caminando, “quería una buena cumbre y decidí hacer en un sólo dia mi mayor tiempo de 53 kilómetros, caminé quince horas a toda velocidad”, y le ganó a la lluvia. Al llegar durmió en la base de la cumbre sólo durante tres horas, para levantarse antes de las 3:00 a.m. y correr durante tres horas para subir y ver el amanecer. “Vi la pepa de sol roja y al lado el aviso de madera, no pude haber tenido una cumbre más perfecta”. En ese momento, disfrutó durante unas dos horas entre llantos y risas su cumbre espectacular, gritando “CUMBREE”, emoción que pudo compartir con otros hikersy vio llegar, incluyendo una chica estadounidense, con quien compartió desde el inicio y no se vieron hasta meses después. La parte más triste fue el regreso, como “dejar mí casa y no volver más”,pero lo más importante es que hizo muchos nuevos amigos. Cuando llegó a Barquisimeto donde se encuentra su casa, cuenta que se sintió como “el náufrago”, extraño con su cama y la almohada, de vuelta a la realidad.
Con esta vivencia que abrió su mente, pretende editar un documental con grabaciones que pudo realizar de cada trayecto, y lo mejor es que ya se trazó un nuevo objetivo de conocer el “Pacific Crest Trail”, un camino que pasa por las fronteras de México y Canadá, de 4300 kilómetros.
Mochilero recuerda…
Lleva el menor peso posible
Si estás mojado te puede dar hipotermia mucho más fácil y si no tienes sleeping te congelas.
Realiza los quehaceres higiénicos siempre fuera del agua.
Información: @outdoor.khalil