El barquillo incisivo de Héctor Giménez mantuvo vivo el ataque del segundo tramo con sencillo, y ligó otro hit en el sexto aportando la ventaja que nunca se perdió. Dorante no ha repetido una alineación, apremiado por los hechos, y colocó de quinto al yaracuyano, sentando a Montero y bajando a Rivero hasta la sexta casilla. Pero quizás la chispa mayor salió del bate de Elvis Escobar con un jonrón en línea por la derecha, empatando a dos el careo.
Lara ha necesitado toques de suerte y nos lo ha tenido en muchas ocasiones. Ayer en el sexto y el séptimo aprovechó el descontrol de los tiradores caraquistas y un rodado de Ildemaro Vargas para doble play lo transformó en doble de piedrita delante del camarero Rodríguez. Así quedó vivo un tramo de tres marcas que le aseguró el manjar a los locales.
Ese ataque era más que suficiente para un pitcheo abridor que no debe caer su eficacia. César Jiménez se repuso de una tambaleante segunda entrada, para aceptar solo seis hits y brindar otra apertura firme para un club con abridores de lujo, a tal punto que en quince compromisos diez lanzadores han arribado a ese capítulo.
El sortario Tiago da Silva llegó para sacar cinco outs y elevó su invicto a 8-0 en dos campañas con Lara. Es de resaltar que el catcher novato Yohan Quevedo tiene mucho que ver en el manejo de los serpentineros desde el pasado fin de semana. Además ha impuesto respeto al retirar a cinco corredores que intentaron el robo.
Buen síntoma el mostrado ayer, sin que se tenga como la reacción requerida de una alineación llamada a producir en grandes cantidades. Ganar fue un aliciente para buscar los .500 puntos esta tarde a las 3 frente a Zulia el capataz del torneo. Vale la pena ir al estadio para ver a Raúl Rivero, sin lugar a dudas el brazo de mayor profundidad y alcance que hay en el campeonato.