En su trayectoria como músico Jonathan Segovia había concentrado su interés en el cuatro, en admirarlo, estudiarlo, entenderlo. Con el tiempo ganó habilidad suficiente para dominarlo con maestría y, ahora, dos décadas después de haberse iniciado como cuatrista decidió experimentar con otro tipo de cuerdas, las vocales. Eligió su primera producción discográfica “Todo concuerda” para dar a conocer este talento recién explorado.
El público que este miércoles ocupó los asientos de la Sala Alternativa de EL IMPULSO tuvo el privilegio de escuchar la voz de Segovia y ver su destreza para tocar el cuatro y la bandolina en un concierto apoyado por la Fundación Juan Carmona, donde estuvo acompañado por Jonathan Díaz con las maracas, Alfredo Quintero con el bajo, William Hernández con la mandolina, Marco Infante y Moisés Guédez con la percusión y Yolmer Torrealba con el piano.
En la presentación, el cuatrista barquisimetano estrenó parte del material discográfico compuesto por 12 temas instrumentales y el vals oriental Un centinela, original de Alexis Real y elegido por Segovia para debutar como cantante. “Es un experimento”, reconoció sobre esta etapa como vocalista, pero no descarta ampliar el repertorio, porque hasta ahora ha calado bien entre el público.
“Desde muy pequeño me he inclinado al estudio del cuatro. Soy cuatrista, pero también me he destacado como bandolista y uno en ese andar musical son muchas las cualidades que va descubriendo. Hice un tema cantado, salió bien y quedó”, resumió Segovia sobre este rol como solista, el cual asumió después de haber formado parte del Deos Nova El Ensamble y grupos de música llanera y de gaitas.
Entre los temas del disco, que abarcan géneros tradicionales como el merengue, onda nueva, joropo, vals y golpe larense también figura el inédito “Todo concuerda”, un golpe central que interpretó ante la audiencia de la Sala Alternativa entre los tres primeras piezas de las 11 totales del concierto.
La proyección de Segovia con esta producción, en cuya composición empleó tres afinaciones del cuatro distintas, la tradicional, la Fredy Reyna y otra en tonalidad menor, es “exponer las potencialidades del cuatro y la bandola larense”.
Como lo ha hecho desde el comienzo de su carrera, esta es una invitación abierta a valorar lo local. “La cultura larense es muy rica y, lamentablemente, uno como larense no le da el sitio que se merece y creo que es responsabilidad nuestra darla a conocer, quererla, apoyarla”, afirmó.