Este jueves fue día de pago para pensionados del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales y beneficiarios de la Misión Amor Mayor. La fila en la mayoría de los bancos inició a las 4:00 de la madrugada. Muchos de ellos esperaban recibir el primer pago de sus aguinaldos pero éste no fue depositado.
Según el anuncio presidencial, la cancelación del bono navideño será en noviembre en una primera fase que junto al mes de pensión será por un monto de 67.728 bolívares y en diciembre, la segunda parte, que junto al pago del mes, será de 45.152 bolívares.
Están ansiosos, y no para comprar los estrenos o regalos para sus nietos como años atrás pudieron hacerlo, sino para comprar comida.
Muchos de ellos aseguran que pasan todo el mes sin alimentos en sus hogares, sobreviven el día a día, sin embargo para este final de año sueñan con hacer un “buen mercado” aunque reconocen que la mayoría de los productos tendrán que comprarlos a precios de “bachaquero”.
Señalaron que cuando comenzaron a fallar los productos de la cesta básica en el mercado, ellos por ser de tercera edad, tenían prioridad en las colas de los establecimientos, “se respetaba nuestra condición, nos daban acceso preferencial y hasta facilidades para pagar en una caja exclusiva”, relata Paula Cordero, pero poco a poco el respeto por los adultos mayores se fue perdiendo.
Ahora dicen que son víctimas de abusos verbales por parte de funcionarios de seguridad, trabajadores y personas jóvenes, se sienten menospreciados y desprotegidos.
“Antes en las colas repartían suficientes números para los de tercera edad, pero ahora dan cincuenta o menos, uno tiene que madrugar y llevar sol y agua”.
La consideración por los abuelos es prácticamente nula en estos establecimientos, es fácil percatarse de las penurias que padecen. Muchos de ellos ni siquiera tienen la fuerza para intentar defenderse ante las vejaciones. No les quedó más que “adaptarse”.
“Si alguien se queja lo sacan de la cola o lo insultan, es mejor quedarnos callados para no estorbar” dice Pastor Orozco.
Todo esto ocurre frente a los ojos de un gobierno que debe velar por la integridad y el respeto de los derechos de sus ciudadanos, especialmente por los niños y adultos mayores.