En un noche de mucho control, con su recta más fuerte de lo habitualmente y un cambio de velocidad indescifrable, el derecho Raúl Rivero, flamante ganador del premio al pitcher del año en la temporada anterior, entregó ocho episodios de calidad, para igualar el trabajo más largo de su carrera, y de esa manera empujó a los Cardenales de Lara a una providencial victoria por blanqueada 6-0 ante las Águilas del Zulia, que sirvió para esquivar la barrida en el estadio Luis Aparicio “El Grande” de Maracaibo y tomar impulso anímico de cara a la tercera semana de la ronda regular.
El lanzador oriundo de Cumaná frenó en seco a la toletería zuliana y tuvo la suerte de contar con el respaldo ofensivo de su club, que marcó un ligero despertar con diez hits y media docena de anotaciones, luego de recibir nueve ceros en la jornada dominical ante el mismo rival.
Lo de Rivero fue sensacional, porque fue largo en el partido, ponchó a ocho rivales, caminó a dos y toleró apenas cinco inatrapables, en su desempeño de 114 pitcheos, 78 de ellos en la zona buena.
El pitcher crédito de los pájaros rojos igualó su tope de más entradas trabajadas en un juego, con ocho, luego de hacerlo el 23 de noviembre de 2009. Esa también fue la cantidad de abanicados que propinó anoche, también cifra máxima en su carrera para un duelo y que ya había alcanzado el 12 de octubre de 2014 ante el mismo bando rapaz.
Rivero había tenido antes un par de aperturas sólidas, de seis episodios ante La Guaira y luego frente a Caracas, pero recién suma su primer lauro de la campaña (1-0) y su efectividad bajó a 1.80.
Mientras el cumanés iluminó el camino hacia la conquista, tras un par de caídas en el diamante marabino, Jairo Pérez sacó del “congelador” su bate para ligar tres hits, con una empujada, los mismos que Jesús Montero, que tenía de 12-1, pero anoche despachó un par de petardos, sin olvidar que Juniel Querecuto y Elvis Escobar continuaron encendidos, ambos con dos indiscutibles, y Luis Núñez empujó dos rayitas, pese a no dejar caer pelotas en terreno de nadie.
Ataque tempranero
Lara movió la pizarra en el mismo primer episodio al fabricar una anotación ante Kurt Heyer, el abridor del club naranja, que sólo permaneció en la lomita tres y dos tercios.
Escobar, como primer bateador del juego, le sonó doble al jardín central y luego avanzó a la antesala por globo corto a la izquierda de Querecuto, pero éste último fue encerrado en el intento de alargar el batazo y aprovechó para meterse hasta la registradora.
Más tarde, a la altura del cuarto acto, llegó el momento decisivo del encuentro, cuando la novena cardenal fabricó un trío de anotaciones que le permitieron explotar a Heyer y despegarse en el marcador.
No hizo mayor daño con el madero en esa instancia, porque sólo dio dos hits, pero aprovechó el descontrol del iniciador zuliano, que regaló un boleto y arrimó un bolazo para torpedear su propia labor.
Pérez empujó la primera del productivo inning con un sencillo que encontró en la intermedia a Jesús Montero, mientras que luego Núñez y el novato Johan Quevedo se valieron de rodados para empujar a Carlos Rivero y al propio Pérez.
Allí la pizarra ya estaba 4-0, una ventaja corta, pero que se hacía grande vista la noche que vivía Raúl Rivero. De todos modos, la tropa de Luis Dorante amplió la diferencia con una en el sexto, fletada por Núñez con toque de bola, y cerró su cuenta con otra en el noveno, producto de hit conectado por Escobar y tribey de Querecuto, dosis suficiente para frenarle el trote a los aguiluchos y rescatar un triunfo de enorme valía en casa del bando líder.
