Richard Antonio Mendoza Agüero (38) es otra víctimas más de la delincuencia que azota a la entidad larense y en está ocasión su familia no solo pasó por el dolor de ver como los hampones lo atacaban, también padecieron por otra de las crisis que arrastra el país.
El hombre quien residía en el callejón Los Cachos de Las Veritas, en El Cují, al norte de la ciudad, recibió un disparo en el pómulo y en su cabeza, su esposa e hijas solicitaron ayuda a un vecino para trasladarlo hasta la emergencia del Hospital Central Antonio María Pineda.
Mendoza Agüero fue montado en el vehículo, estaba inconsciente pero respiraba. Cuando se trasladaban por el sector El Jayo, el vehículo se accidentó tras presentar una falla. Una persona que transitaba en ese momento les prestó el auxilio en otro carro y cuando iban por La Cañada se le espichó el caucho, hicieron trasbordo a un tercer vehículo y luego de 45 minutos de camino pudieron llegar, pero fueron recibidos con que no habían camillas por lo que en sus propios brazos y con ayuda de personas que estaban afuera del principal centro asistencial de Barquisimeto lo ingresaron.
Media hora después los médicos de guardia le notificaron a la familia que el albañil no soportó y falleció.
Fueron tres sujetos
Cuenta una de las hijas que en la vivienda se encontraban ella, su prima, su hermanita de 9 años de edad y su padre durmiendo, mientras que su madre hacia desayuno.
La señora abrió la puerta y salió, fue en ese preciso momento en que tres sujetos, uno de ellos encapuchado, saltaron la pared e ingresaron a la vivienda. Sometieron a la mujer y la metieron para la casa, ella gritó pidiendo auxilio y la niña de 9 años se despertó y salió de su cuarto viendo lo que pasaba.
Quienes andaban con su rostro descubierto eran los que estaban armados y no llegaban ni a 25 años. Por el ruido que hacían los maleantes también salió la hija mayor, la sobrina y a su vez los delincuentes sacaron a Mendoza Agüero de la cama.
Las damas comentan que ellas peleaban contra los delincuentes, ninguno revisaba, ni pedía nada, uno de ellos apuntó a la pequeña de 9 años y hasta le pegó su cabeza contra la pared, porque ella era quien más lloraba y estaba asustada.
Describen las testigos que todo fue muy rápido y que uno de los sujetos quien cargaba un revólver le disparó a su padre a la cabeza, ella intentó buscar un cuchillo, pero le dijeron que se quedara tranquila, el sujeto salió y fue allí cuando la muchacha intentó salir para perseguirlo y pedir ayuda, pero la introdujeron otra vez a la vivienda, efectuándole el segundo disparo a Mendoza Agüero.
Fue en ese momento en que tomaron un teléfono celular que estaba sobre una mesa y un dinero para huir del lugar, uno de ellos logró ser herido en la espalda, la esposa de la víctima le dio una puñalada pero estos escaparon.
Vecinos lo vieron salir corriendo y los vieron escapar hacia Las Veritas, de la misma forma como llegaron.
Hasta ahora no entienden que pudo haber sucedido, pues aseguran que Mendoza Agüero tiene 18 años viviendo por la zona y jamás había tenido un problema, lo describen como una persona colaboradora, buen vecino, aseguran que lo pudieron haber confundido, a la misma vez que denuncian que por esa zona la delincuencia los tiene azotados, son constantes las veces que se meten a robar en las viviendas.
Mendoza Agüero deja en orfandad dos hijas, las cuales vieron como lo asesinaban y además su esposa tiene tres meses de gestación.
Fue testigo de un crimen
Según el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), la víctima fatal en el 2005 fue testigo del crimen de su hermano, el cual se resistió al robo y fue ultimado en La Cañada, zona norte de la ciudad. Por ese crimen fue detenido el presunto autor material, quien fue penado a 17 años de prisión, pero aparentemente fue dejado en libertad en el 2013.
Funcionarios del Eje de Homicidios del Cicpc Lara comenzaron con las investigaciones del caso para determinar el móvil de este nuevo homicidio.