A estas alturas del partido, no quedan dudas en Venezuela ni en el mundo, del carácter autoritario del régimen. Las pretensiones de los sectores opositores para que su conducta esté apegada a la norma Constitucional, lucen cada día más distantes y fuera de todo contexto. La razón es muy simple. Este es un régimen castrista, de fuerza militar, autocrático, autoritario y despótico, plenamente identificado en cuanto a su tipología en todos los fueros internacionales, de los cuales puede optar por desmarcarse para evadir sanciones y orbitarentre sus iguales, los no alineados. En términos prácticos, no se le puede pedir que actúe como demócrata a quien no lo es. Al final, siempre se impondrá su naturaleza. Además, sobre este gobierno penden acusaciones y demandas de todo tipo por crímenes de lesa humanidad y violaciones a los derechos humanos, hecho que coloca a sus integrantes, sin posibilidades de ninguna naturaleza de sobrevivir políticamente fuera del poder…
La cruda realidad no admite fantasear sobre posibles atajos existentes solo en algunos sectores extremos que parecieran no dimensionar el riesgo. Debemos entender que el pueblo venezolano no está dispuesto a inmolarse para que alguien en lo particular sea presidente.En términos absolutos, y la historia del planeta está plagada de ejemplos, frente a regímenes de este tipo, solo se puede actuar de dos maneras: en una guerra de guerrillas, cosa que luce absolutamente inviable, o en el marco de un entendimiento nacional que permita construir la necesaria transición. En nuestro caso particular, es obvio que cada día se hace más obligante la promoción de un acercamiento entre los factores encontrados a fin de establecer los acuerdos tendentes a solucionar el gravísimo problema del hambre que está matando al pueblo venezolano…
La gente quiere comida. Ni el gobierno ni la oposición están en capacidad, en lo individual, de resolver el problema. Estamos llegando a un punto tal de crisis alimentaria, que mientras continúa la lucha política por el control del poder, el país se acerca progresivamente a un peligrosísimo punto de ebullición en el cual las pasiones desbordadas, aplastarán los dos factores políticos con consecuencias impredecibles para todos.
Resulta absolutamente irresponsable mirar solo los intereses particulares por el control del poder, mientras la gente no tiene qué comer. El problema debe ser abordado de manera inmediata. No se puede esperar un revocatorio o la liberación de los presos políticos para actuarcon seriedad en relaciónal problema del hambre.Lo electoral tarde o temprano se impondrá y los presos serán liberados. El hambre no espera…
Mis comentarios:
.- Condicionar el dialogo, radicaliza posiciones e impide, por la naturaleza del régimen, arribar a los impostergables acuerdos de cara al problema del hambre…
.- El dialogo permitiría delinear salidas a la crisis en el marco de acuerdos políticos decorosos para ambos bandos.
.- El radicalismo nos aleja de las salidas que impedirían saldos lamentables…
.- La AN fue electa para resolver los problemas del país. El principal problema es el hambre. Debemos ser la palanca catalizadora para viabilizar el abastecimiento.
¿Hasta cuándo, muchachos inexpertos, seguirán aferrados a su inexperiencia? ¿Hasta cuándo, ustedes los insolentes, se complacerán en su insolencia? ¿Hasta cuándo, ustedes los necios, aborrecerán el conocimiento?…(Proverbios 1:22)