Organizar el tiempo nunca ha sido tarea fácil, especialmente cuando se trata de cumplir con todo lo planificado, sobreviviendo en un día a día que se nos vuelve corto y en el que cualquier cosa puede pasar. Sin embargo, la clave está en organizar bien la agenda, ajustada a tu tiempo pero dejando siempre un respiro… ¿Listo para hacer check link?, ten en cuenta las siguientes recomendaciones.
Agotamiento, estrés permanente y hasta enfermedades crónicas debido al cambio de hábitos, pueden ser algunas de las consecuencias generadas por la mala organización de las actividades diarias, de allí que organizar adecuadamente nuestra agenda y “ganarle al reloj” optimizando el tiempo, sea un aspecto importante para sentirnos mejor, cumplir con los objetivos y caminar hacia el éxito.
Muchas veces, creemos que es difícil, sin embargo, la clave está en relajarse, respirar profundo y disfrutar cada cosa que se haga. Anímese y sonríela a su agenda con nosotros siendo realmente productivo
Da prioridad a lo importante
En algunas ocasiones, solemos ocupar nuestro tiempo con tareas que para el momento no son tan relevantes, por lo tanto, el primer paso es priorizar. Para ello debemos considerar lo necesario en el cumplimiento de los objetivos más próximos del día, la semana o el mes, planificando por escrito a través de anotaciones diarias, teniendo claro lo que se desea cumplir y siendo realista en los tiempos asignados para cada tarea. Por supuesto, es importante tomar en cuenta el descanso y evaluar las dificultades o inconvenientes que puedan presentarse durante su ejecución, pues si bien es cierto somos dueños de nuestro tiempo, existen factores externos que pueden estropearnos lo acordado.
Además, recuerda que es importante revisar continuamente la agenda y chequear con cierta periodicidad si la planificación se ajusta a la realidad, siendo además positiva para el logro de los objetivos.
Procura siempre concentrarte
Para lograrlo, lo primero es evitar hacer varias cosas a la vez. Al centrar tu cerebro en una tarea en específico, aumentará la calidad y velocidad del rendimiento. Algunos consejos para ello son: agrupar en un mismo bloque de trabajo tareas similares que no requieran bajar el nivel de concentración, evitar interrupciones que disminuyan el flujo de trabajo, como llamadas, conversaciones o revisión de correos pendientes y no abandonar una tarea hasta tanto no esté finalizada.
Considera que cuando empezamos a cumplir con algo previsto, nuestro nivel de concentración va en aumento, llegando a su punto álgido entre 15 y 45 minutos después de haber empezado la tarea; por consiguiente, si fraccionamos demasiado las labores, estaremos perdiendo productividad al “arrancar” continuamente. Claro, las pausas activas siempre serán necesarias, así que tomar períodos de descanso entre 5 y 10 minutos te serán buenos para oxigenar el cerebro.
Planifícate considerando plazos y fechas límites
Es normal que estés más concentrado y seas más productivo cuando los plazos apremian, sin embargo, este tipo de situación no es beneficiosa, ni deja resultados satisfactorios a largo plazo. Para evitar esta situación, es recomendable planificar con tiempo e imponer fechas límites, que proporcionen seriedad al compromiso y generen un motivo para asumir responsabilidades.
Una buena idea puede ser llevar un calendario de pared o escritorio, colocar recordatorios en el celular, tablet o equipos tecnológicos y si te funciona, utilizar notas autoadhesivas llamativas. Todo, será beneficioso para llevar el tiempo de la mejor manera posible.
Trabaja la motivación y la gestión emocional
Algunos estados emocionales como felicidad, tristeza, angustia o desánimo, pueden ayudar o perjudicar el rendimiento personal y por ende, las actividades planificadas. Para ello, una buena opción puede ser dividir lo pendiente en partes y diseñar un plan de trabajo con plazos coherentes para cada etapa, esto ayudará a mantenernos motivados, especialmente en proyectos o tareas largas en las que podemos desesperarnos, o incluso, abandonar.
Complementario al consejo anterior, todos merecemos disfrutar de alguna recompensa por nuestro esfuerzo o dedicación. Prémiate por los logros conseguidos, sean grandes o pequeños, sean finalizaciones absolutas o la consecución exitosa de pequeñas etapas. El premio lo eliges tú, pero hazlo, así reforzarás tu autoestima.
