Rescatar animales abandonados no es una tarea fácil, a quienes les preocupa inmensamente su situación repentinamente les nace un espíritu conservacionista, proteccionista y animalista.
María del Pilar Alejo relata que toda su vida ha tenido un gran amor y aprecio por los animales, por eso, en la medida de sus posibilidades, rescataba perros y gatos en situación de abandono.
Para el 2010 tenía hasta 23 perros en su hogar. Desafortunadamente tuvo que abandonar su voluntariado cuando se enfermó de artritis, ya que ni siquiera era capaz de levantarse por su cuenta de la cama.
No obstante, en el año 2013, Alejo a los 68 años de edad, decidió no dejarse vencer por la enfermedad y una vez que había logrado mejorar, agarró su bastón y se dispuso a continuar con su vida.
Junto a su amiga Herenia Mendoza y su hija Karla Betancourt, continuó su obra de rescatar animales; dicha labor es considerada por ellos como un estilo de vida y un voluntariado, ya que no obtienen ningun ingreso monetario. Se trata de un trabajo digno de admirar, dado que tres mujeres lo llevan a cabo completamente solas, gracias a su dedicación y esfuerzo.
Las amigas convirtieron su hogar en un refugio. No solo le dedican tiempo y dinero a su labor, sino que han cambiado completamente sus hábitos.
Los perros más fuertes habitan el patio de la casa y el grupo de los más pequeños en el interior del hogar, ante eso, las rescatistas a diario tienen que tomarse largo tiempo para prepararles los alimentos, bañar a los perros y limpiar la vivienda, al menos tres veces al día.
En el refugio actualmente hacen vida 37 perros que rescataron de todas partes del estado que se encontraban abandonados, heridos o enfermos.
Al momento que son auxiliados los animales enfermos, las rescatistas solicitan ayuda de voluntarios dentro de la ciudad para la obtención de los insumos que les permitan curarlos, pero casi siempre, ellas costean los productos.
El primer tratamiento que reciben las mascotas es la desparasitación y la aplicación de vitaminas.
“La mayoría de los animales llegan enfermos, en algunas ocasiones por falta de dinero es necesario improvisar, pero siempre les aplicamos sus tratamientos correspondientes”, expresó Mendoza.
La enfermedad más grave que casi siempre se manifiesta en los perros en situación de abandono, es la ehrlichia, bacteria que es transmitida a través de las garrapatas contaminadas. En el refugio los animales con esta patología son tratados con doxiciclina, vitamina B12, ácido fólico y una alimentación a base de sopa.
Para la fecha, cuentan con cinco perros ancianos que requieren de un cuidado y dieta especial. Igualmente cada perro es tratado de forma particular.
“Los perros de raza son mucho más delicados y requieren de una alimentación distinta a la de los criollos. La edad también es un factor relevante que hay que considerar al momento de alimentar o tratar a una mascota”, informó Alejo.
A diario los 37 perros que hacen vida en el refugio consumen 5 kilos de comida. En su mayoría son alimentados con harina múltiple y vegetales.
Anteriormente su dieta era a base de arroz pero el costo del mismo incrementó abruptamente. “Todos sabemos que la situación está difícil, nosotros anteriormente comprábamos el saco de arroz de 50 kilos en 3.000 bolívares, ya para la fecha el precio del mismo oscila en los 50.000. Pero todo es cuestión de esforzarse o cambiar de estrategias para lograr hacer la diferencia. Hacemos milagros para atender a los perros, pero lo logramos”, expresó Betancourt.
En algunas ocasiones los vecinos de su zona les aportan una ayuda, ya sea con dinero o alimentos, pero para la fecha esa colaboración ha disminuido por la situación que afronta el país. Igualmente la donación de insumos para las esterilizaciones mermó y han tenido que paralizar las operaciones de las caninas dentro del refugio.
Es importante destacar que la situación de crisis económica que afronta el país, junto a la falta de esterilizaciones ha ocasionado que disminuya en una gran parte el número de adopciones.
Betancourt hizo hincapié que el refugio no recibe mascotas. Su función es rescatar los animales en situación de calle para cuidarlos y tratarlos mientras consiguen un hogar donde los adopten.
Mendoza asegura que cualquiera puede brindar una mano amiga a los animales abandonados, a pesar de no tener las condiciones para mantener una mascota en su hogar.
“Todos pueden colaborar o aportar su granito de arena promoviendo las adopciones y esterilizaciones, la cuales son de suma importancia para que los animales en situación de calle no continúen procreándose. Sobre todas las cosas apoyar a fundaciones, asociaciones o proteccionistas independientes con la donación de recursos o insumos”.