Cardenales continúa con mucha irregularidad en esta arrancada. Anoche una apagada ofensiva se unió a un pitcheo vapuleado en un encuentro que la visita liquidó con seis carreras en el séptimo.
Un bullpen con mucho altibajos vio como el club oriental sacaba renta de siete boletos y un bolazo, junto a once cohetes que propiciaron la paliza 11-1. Desde temprano cada parpadeo de Lara su rival lo cristalizó.
Caribes le hizo daño a Néstor Molina con solo dos hits, pero ambos fueron extrabases. Los boletos a Valera e Iribarren en el segundo antecedieron un fildeo dudoso de Ravelo en la izquierda y el triple de Goodrum fletó un par. El otro cohete en la cuenta del abridor crepuscular fue un doblete de Jiménez, anotando luego por un par de elevados.
En total, cuatro y dos tercios aceptables para un Molina perjudicado por su descontrol. Apertura ligeramente superior a la que tuvo en la capital de la República. Otra vez con un imparable en el sexto la banda oriental hizo la cuarta frente a los locales.
Y en el séptimo se produjo la desbandada, cuando cinco lanzadores no pudieron impedir la vuelta de la batería indígena. Matt Tomshaw es un zurdo controlado y eso vale oro. Su recta llega pronto y pocas veces estuvo detrás de los bateadores.
Llegó a retirar nueve en fila de un club que en la nómina se ve mucho mejor de lo que realmente está produciendo. El club alado se ve compacto en el ataque, pero no termina de ajustarse, particularmente toleteros como Vargas, Rivero y Pérez.
El cubano Jorge Martínez tratara de nivelar la serie esta noche y que Cardenales viaje a Maracaibo para una serie de tres con el mismo registro de ganados y perdidos.