La actriz y dramaturga venezolana, Pilar Romero, falleció el pasado sábado en Caracas a los 66 años de edad, según confirmación del ministro para la Cultura, Freddy Ñáñez, a través de su cuenta oficial en Twitter.
María del Pilar Romero León nació en Caracas en 1952. Fue profesora de Castellano y Literatura y como actriz construyó su carrera desempeñando labores en teatro, cine y televisión. Participó en diferentes agrupaciones teatrales, como el Theaomai, Rajatabla y Theja.
En el cine se destacó en las películas El pez que fuma, Carmen, El rebaño de los ángeles, Adiós mami Adiós, Cangrejo 2, La generación Halley, entre otros. En televisión participó en diferentes telenovelas, entre ellas: Silvia Rivas, Residencia de señoritas y Sonia. Además, fue animadora del programa Viva la Juventud.
Su talento no solo fue la interpretación actoral, también desarrolló habilidades como guionista en las recordadas producciones televisivas: Soltera y sin compromiso, La fiera, Natalia de 8 a 9 y Chao Cristina.
En toda su carrera recibió números reconocimiento, entre los que se destacan el Premio Juana Sujo (1974), Premio Municipal de Teatro como actriz de reparto (1976), Premio Municipal de Cine (1978), Meridiano de Oro como mejor escritora en la novela Elizabeth (1981) y el Premio Nacional de Cultura mención Teatro en 1994.
En un comunicado del año 2014, su hijo César Román Bolívar Romero informó que desde hacía 15 años -para esa fecha- la actriz padecía de una enfermedad degenerativa conocida como vasculitis, la cual le produjo diferentes afecciones en su organismo, como la perdida de la visión, problemas auditivos y respiratorios.
El diario El Nacional, en agosto de 1978, la describía como una actriz con un gran reto venidero. «Joven, talentosa, dinámica y polifacética es Pilar Romero, que los televidentes conocen exactamente desde la noche del 15 de marzo de 1977, cuando por primera vez apareció en la pantalla chica en el canal 8».
A pesar de su debut en ese medio, ahí no fue donde comenzó su carrera como libretista.
RCTV la contrató como actriz y escritora poco tiempo después. Trabajó junto con José Ignacio Cabrujas en la historia de La señora de Cárdenas. Luego haría dupla con Salvador Garmendia y luego con Julio César Mármol, con La fiera. En 1994 Romero ganó el Premio Nacional de Teatro. «Creo que este es un reconocimiento a los últimos siete años de labor generando proyectos para la juventud, que es nuestra esperanza para un porvenir mucho más lleno de oportunidades que el que tuvimos los de esta generación, que ahora asume las riendas de la política cultural. Por eso quiero dedicar y compartir este reconocimiento a los jóvenes», indico entonces la actriz, madre del también actor César Román, hijo del director de cine César Bolívar.
A principios de los ochenta, Romero se casó con el actor Daniel López. Diana Volpe recuerda como conoció a Romero durante uno de sus primeras obras, «Creo que fue en La hora Texaco de Ibsen Martínez. Para una persona que estaba comenzando, me pareció grato y cordial que alguien como ella se acercara a darte consejos».
Homenaje del poeta Alexis Blanco a la actriz
Todas las nostalgias precipitan remedos de catarsis cuando uno recuerda el talante y el talento de la bienamada actriz, generosa y fecunda maestra, quien siempre guardó tiempo y ganas para atender los requerimientos de los jovenes intérpretes que entonces desandaban por los espacios de la inolvidable institución teatral llamada Rajatabla.
En realidad es una larguísima lista de alumnos y excompañeros con quienes configuró una época dorada del quehacer artístico nacional. La telenovela resultó una plataforma ideal para proyectar algunas de sus ideas sociopolíticas.
Resultaría miserable ahogar estas lágrimas que comprimen nuestras ganas de memoria…El abrazo también es una estación íntima y allá abrazamos a Pilar, con su hermosa condición humana, que tanta falta nos hace en estos tiempos de Juan sin Tierra…El corazón se contrae como una pasa pasada, cuando recordamos su risa poderosa, ora en el escenario, ora en el café del Rajatabla cuando compartíamos complicidades con Sonia Nobre De Melo Onís, ora en el apartamento de otra gloria del arte caraqueño, Cosme Cortázar, en desopilantes tenidas donde también brillaba el glamour de los Pepe Tejera, Paco Alfaro, Daniel López o Carlos Pérez Ariza… Estaría lista para celebrar sus Bodas de Oro como profesional de las artes escénicas, pero ese destino que monta a caballo la arrolló, víctima de una enfermedad que, de sólo nombrarla, eriza, la vasculitis.
El abrazo también es una estación íntima y allá abrazamos a Pilar, con su hermosa condición humana, que tanta falta nos hace en estos tiempos de Juan sin Tierra…¡Ufff!!! Debemos tanto a ella, Pilar… Desde acá enviamos una rosa blanca al cosmos.