Como lo hizo hace un mes, la selección de Venezuela tratará de aprovechar su condición de local para recuperar la solvencia y efectividad de su juego, y propiciarle una zancadilla a la poderosa Brasil, sin Neymar en acción, al recibirla este martes en el Metropolitano de Mérida (8.30pm), en el desarrollo de la décima jornada del ciclo clasificatorio de Suramérica, rumbo al Mundial Rusia 2018.
A todas luces, vistos números, plantillas y capacidades individuales, el duelo luce desigual, una verdadera batalla entre David y Goliat, entre un representativo vinotinto que a duras penas suma un par de contables de 27 posibles y un elenco brasileño que atraviesa su mejor momento en mucho tiempo, lo que se comprueba con la segunda plaza que exhibe en la clasificación suramericana, producto de 18 unidades, tras cinco triunfos, tres empates y una revés.
La oncena nacional atravesó una situación similar el mes pasado, cuando fue a Colombia para sufrir un trapié 2-0 y recibir en la misma Mérida a la también influyente Argentina, frente a la cual dio señales claras de mejoría, desempeño que le permitió estar arriba por 2-0, solo que en el cierre llegaron los errores de siempre, la falta de oficio para administrar un resultado favorable y la historia cerró con un amargo pacto 2-2.
En este caso, Venezuela viene de padecer un revés 3-0 en Montevideo ante Uruguay, durante una presentación deslucida, de ráfagas interesantes en los primeros minutos, sin aprovechar un par de ocasiones fundamentales, y luego el desorden generalizado y la carencia de solvencia en retaguardia.
Aferrada a ese antecedente, la Vinotinto procura sacar lo mejor de sí y detener en seco la marcha de uno de los punteros de la eliminatoria de esta parte del mundo. Es cierto, se ahorra un dolor de cabeza al no tener que bregar con Neymar, ausente por una sanción, pero no por ello debe considerar que la tarea frente a Brasil es más fácil, cuando hay otro jugador como William, de menos renombre, pero igual de letal, apuntalando el ataque amazónico.
Los esfuerzos de la selección criolla obedecen a la necesidad de recuperar el carácter competitivo, demostrar que no ha vuelto a ser la “cenicienta”, como lo sugiere Richard Páez, el padre de la evolución vinotinto, y defender el honor, porque las posibilidades matemáticas -no es un secreto- ya parecen pulverizadas. Pero igual, existe la necesidad de ganar, como lo advirtió el timonel nacional, Rafael Dudamel, quien considera que el rival de turno es el ideal para intentar ese despegue que se procura desde hace rato.
“Mejor momento para revertir esta situación que el partido de mañana (hoy) ante un rival como éste creo que no hay”, señaló Dudamel ayer, mientras ofrecía sus declaraciones previas al desafío de esta noche, en la que llamó a los suyos a evitar la montaña rusa de los juegos previos, algunos minutos de calidad y otros de desorganización, para dar con el objetivo de sumar el primer lauro del proceso.
“Necesitamos ser más fuertes durante los 90 minutos, competir de principio a fin”, advirtió el yaracuyano, quien deberá hacer ajustes obligados en su alineación abridora, por la ausencia de los suspendidos Oswaldo Vizcarrondo y Alexander González, quienes serían reemplazados por José Manuel Velásquez y Roberto Rosales.
