Miles de personas en Yemen marcharon el domingo por la capital Saná en protesta por un bombardeo de la coalición que encabeza Arabia Saudí a un funeral y que dejó más de 140 personas muertas.
La cifra de fallecidos, proporcionada por un funcionario de la ONU, también mencionaba más de 525 heridos en el que es considerado uno de los peores ataques en la guerra civil del país. El Ministerio de Salud, controlado por rebeldes, dio una cifra menor, diciendo que 115 personas fallecieron y más de 600 resultaron heridas, muchas de gravedad.
Algunos de los manifestantes que marcharon afuera del edificio de Naciones Unidas en el sur de Saná culparon a la organización por no poner fin al conflicto y pidieron una investigación independiente. Algunos manifestantes presumían sus armas y partidarios de los rebeldes hicieron un llamado a la gente de la región a levantarse y atacar a Arabia Saudí.
El ejército saudí anunció el domingo que abrirá una investigación en torno a «reportes sobre el lamentable y doloroso bombardeo» en Saná, sin reconocer que su coalición que combate a los rebeldes en Yemen es la única fuerza con poder aéreo en el conflicto.
Se trata del más reciente en una serie de bombardeos de la coalición que han alcanzado hospitales, mercados y otros lugares donde se juntan civiles.
«El lugar se ha convertido en una piscina de sangre», dijo el socorrista Murad Tawfiq.
Las autoridades yemeníes dijeron que los muertos y heridos incluyeron a funcionarios militares y de seguridad de las filas de los rebeldes chiitas, conocidos como hutis, y sus aliados, leales al ex presidente Ali Abdullah Saleh. La alianza rebelde está peleando contra el gobierno del mandatario Abed Rabbo Mansour Hadi, cuyo gobierno es reconocido internacionalmente.