La realidad venezolana es percibida y vivida desde una nevera o congelador. Pero, para que estos contengan al menos un rubro de la cesta básica, sectores productivos del país también deben superar infinidad de trabas y limitantes, ahora agudizadas.
Un kilogramo de carne, por ejemplo, comprende años de cuidado del animal, enfrentarse a problemas como sequía, escasez de insumos y los altos costos productivos, además del abigeato en el campo, lo cual mata animales de raza o reproductores y simboliza una involución para el gremio.
Lara no escapa de esta circunstancia. Los municipios Urdaneta y Torres son dos de los más afectados y, aunque parezca repetitivo hablar de las dificultades de los sectores productivos, las condiciones son más críticas con el tiempo.
Julio César Méndez, presidente de la Sociedad de Ganaderos de Lara (Sogalar), indicó que el sector agropecuario larense está “cada vez más deprimido”. La situación empeora y en lo próximo no se vislumbra una solución para el productor.
Por su parte, Mario José Oropeza, presidente de la Asociación de Criadores de Ganado Carora (Asocrica), señaló que todos los productores son afectados por igual. Ninguno consigue vacunas ni semillas de pastos, sumado a que la mano de obra también se ha incrementado.
En este sentido, criticó los múltiples controles que asfixian rubros como el ganadero. Sin embargo, expresó que el sector debe “tener fe de que sí se podrá seguir en pie”.
Gastos de un animal
Méndez puntualizó que los costos han incrementado considerablemente en tan sólo un año.
Citó que el alimento concentrado registra una variación anual en su precio de 450 %, sumado a que la paca de heno (10 kilos) pasó a costar Bs. 1.800 de Bs. 600. Un animal, debe comer al menos cuatro de estas diariamente.
A esto se debe agregar el gasto de obreros, cuidado veterinario y medicinas prescritas. Detalló que un antibiótico básico para ganado bovino, pasó de costar Bs. 580 a Bs. 3.600, por lo cual se podrían calcular alzas por encima del 600 %.
El consumo diario de un animal podría ser entonces de más de Bs. 10.000. Si se trata de razas puras o animales para reproducción el gasto es aún mayor.
Oropeza agregó que la escasez de forraje generó un alza en los costos de producción, tanto así que la utilidad ha disminuido considerablemente en Carora.
Destacó que la época de siembra de pasto pasó y por tanto, no se sembró, lo que podría acrecentar el reto de los productores para el venidero ciclo.
Quienes sembraron algunas hectáreas lo hicieron con semilla importada y adquirida en altísimos costos; en su mayoría para consumo de sus propios animales.
Al consultarles sobre las cifras de merma productiva, lamentan que los sectores venezolanos no puedan basar su trabajo en datos oficiales aportados por el Gobierno Nacional.
“La caída es notable. Mucho ganadero debió salir de parte de su rebaño, por el clima y otras dificultades” dijo el presidente de Asocrica, quien exhortó al sector a ser más productivos y atender sus necesidades con base en las posibilidades, así como producir o migrar hacia rubros en mejores términos, mientras se supera la situación actual.
Sobre si podría haber un incremento en los precios de la carne, motivado a esta crisis y periodos de sequía, manifestó que la respuesta está en el mercado; sin embargo, la tendencia es hacia el alza de los precios.
Un negocio de pérdidas
Respecto a los montos percibidos por el productor, Méndez manifestó que los precios en matadero se mantienen controlados, mientras que los costos siguen en ascenso, por lo cual registran importantes pérdidas. No obstante, numerosos ganaderos venden los animales, aún en detrimento de su trabajo, a fin de mantener activas las fincas.
-El precio de la carne es elevado y podría bajar… A nosotros nos controlan, pero hay otros actores de la cadena a quienes no. Reconozco que los costos de carnicería deben ser altos, pero muchas veces gana un porcentaje mayor quien vende la carne y no quien cría el animal.
Explicó que el precio de un flete de 20 animales, desde Urdaneta hacia el matadero de El Rodeo, puede oscilar entre Bs. 50.000 y Bs. 60.000. Pero si el productor vende la carne a pie de corral puede recibir Bs. 600 por kilogramo de animal.
Una vez que le retiran la piel y otras partes, se le llama “en canal”. De un animal se obtienen dos canales, y el precio por kilo es en promedio de Bs. 1.820.
Explica Méndez que lo rentable es que el animal pese en estimado 500 kilos, lo que llaman “toros apretados”.
Sobre dichos costos y pagos se lleva la carne al mercado, donde se vende entre 2.900 y Bs. 6.000, de acuerdo con el corte.
No obstante, productores denuncian que la tendencia es vender productos de segunda o tercera a precios de primera.
Critican la “anarquía” del mercado, que trata de “sobrevivir a la economía”.
Delincuencia mata y roba la carne
“La inseguridad que se vive en el campo es horrorosa… Llegan al colmo de matar las reses, descuartizarlas en las mismas fincas y eso representa una gran pérdida, no sólo para nosotros sino del animal. Son personas que ni siquiera saben lo que hacen y se llevan lo que creen que pueden vender o comer”, manifestó el director de Sogalar, quien enfatizó que también han matado animales de cría y raza, lo que figura como un sacrificio.
Lamentó que la delincuencia se ampare en “el hambre”, lo cual no es justificación, ya que va en detrimento de la producción nacional, el mercado y el productor.
Fue enfático al señalar que muchas veces matan a estos animales, que no son criados para ir a mataderos, a objeto de vender la carne en los mismos poblados.
Vale destacar que una res de estas representa una cuantiosa inversión para los productores, además de cinco años de cría, tras los cuales se extraen las pajuelas de reproducción. En cambio los animales que van a matadero cuentan con cuidados distintos y suelen llevarse a los tres años de cría.
El presidente de Asocrica también se refirió al abigeato como otro mal para los ganaderos. Expresó que en Torres se ha intensificado durante los últimos meses.
La problemática es generalizada. Sin embargo, las zonas de La Pastora y Quebrada Arriba son las más afectadas.
“A los ladrones se les ha dado mucho beneficio. No se les castiga como debería”, expresó Oropeza, quien indicó que han sostenido reuniones con cuerpos de seguridad nacional y local. Esperan recibir mayor resguardo.
La sequía que acaba con las crías
Méndez expresó que Moroturo, municipio Urdaneta, también fue fuertemente afectado por la sequía, por lo cual, se vieron obligados a trasladar los animales hacia zonas donde hubiese pacas de heno. Algunos productores también intentan tener los potreros a puerta de riego o trasladar sus reses a partes menos secas, donde puedan tener pastizales.
-Ahorita ha caído lluviecita, que ayuda más o menos a la alimentación de los animales, pero las condiciones son complejas.
Oropeza, por su parte, señaló que la situación de Torres es “bastante delicada”, ya que han sufrido tres años de intenso verano, agudizado por el fenómeno de El Niño, lo cual los forzó a mudar numerosos animales de sus zonas.
Por estos motivos producen menos leche y engordan menos de lo esperado, lo que a su vez incide en la escasez nacional de productos como carne y otros derivados.
Subraya que hay quienes siembran pasto para venderlo, no obstante, no lo compra el que lo necesita, sino el que puede comprarlo.
En su opinión, los costos se elevaron considerablemente y tanto productores de ganado bovino como los mismos animales, se diezman con las temporadas.
