Cardenales vivió anoche una de sus típicas pesadillas en el Universitario. Caracas sabe darle donde le duele y anoche lo demolió a palo limpio quitándose una desventaja de ocho carreras.
El cuerpo monticular guaro recibió metralla pura en los interminables innings del medio y en el quinto tramo ya había encajado dieciséis de los 21 incogibles que golpearon los locales. Seis de ellos a cargo de Jesús Guzmán, quien se estrenó de manera espectacular en la temporada.
En un torneo de pitcheo cusetionable los relevistas del medio marcaron la diferencia.
Caracas tuvo más fuelle en su grupo de escopeteros, mientras los crepusculares toleraron doce marcas entre el tercero y el quinto. Néstor Molina no aprovechó la amplia ventaja y sucumbió ante la encendida reacción leona. Poca suerte en sus envíos y escasa locación lo enredaron desde temprano. Sin embargo, pudo salir mejor librado si Jairo Pérez no hubiese fallado un batazo de De La Rosa que limpió las bases en el cuarto.
La ofensiva larense inspira respeto y es la mejor que haya tenido el club en mucho tiempo en una arrancada. Los jadineros extranjeros Hunter y Ford parecen adaptarse a la liga en un elenco de mucho poder que necesita simplemente contar con buenos brazos para evitar debacles como la de ayer.
A pesar de todo Cardenales regresa a la jornada inaugural en casa tras dividir en la carretera y con la encomienda para Dorante de encontrar la efectividad en el medio de los partidos, ausente hasta ahora.