Está haciendo tic-tac la bomba demográfica. Sencillamente somos muchos y los recursos del planeta no da para tantos, especialmente si esperamos vivir con el mismo nivel de bienestar que disfrutan hoy los países desarrollados. Somos 7.000 millones y seguimos creciendo. ¿Hay algún limite al continuo crecimiento de la población? Los limites los imponen los recursos disponibles y las tecnologías que se utilicen para aprovecharlos.
El problema está en que las poblaciones crecen más rápido que las capacidades de las nuevas y viejas tecnologías para alimentarlas, vestirlas, educarlas, transportarlas, recoger sus desechos, etc. El resultado es un desastre anunciado desde hace décadas y que ya se ve por todas partes: es global. Pero, al parecer, no hay suficiente voluntad política para ponerle el cascabel al gato.
El remedio está en reducir la población mundial a unos 4.000 millones. Al parecer, esa es la población que el planeta aguanta sin estallar y dando oportunidad a que millones de pobres mejoren su condición de manera importante. Por supuesto, esta cifra puede alcanzarse solo a lo largo de mucho tiempo. Primero debe llegarse a una disminución del ritmo de crecimiento hasta estabilizar los números y luego empezar a reducir.
La reducción de la población es técnicamente posible, pero extremadamente difícil cuando se entra en el plano político. ¿Quién debe reducirse, ellos o nosotros? ¿En qué proporción? ¿Será un programa de reducción de pobres disfrazado de reducción de la pobreza?¿Quién impone la reducción? Si reducimos nuestra población, ¿con qué nos vamos a defender de los muchos enemigos que quieran conquistar nuestros recursos? ¿Qué compensación recibiremos del resto del mundo por cumplir un programa así? ¿Cómo se le dice a una mujer que no puede tener más de dos hijos? ¿Se las esterilizarán obligatoriamente al parir el segundo hijo? ¿Qué dirán los que creen que el número de hijos solo lo decide Dios? Obviamente, este no es un programa que un país adopta a la ligera.
El tema es intratableen la brevedad de un artículo, pero insisto, tarde o temprano habrá que adoptar un programa de reducción de la población. Por supuesto que todos los días aparecen nuevos artilugios que reducen el consumo de energía, otros que mejoran la producción de energías renovables o reducen la producción de gases contaminantes y que hacen más fácil la recuperación de suelos y aguas depredados.
En materia de políticas urbanas, por ejemplo, muchas ciudades estan reduciendo el uso del automóvil privado planteándose que en 30 años no habrán automóviles circulando por sus calles. Otras estan controlando la dispersión suburbana obligando a densificar y crecer verticalmente. La desurbanizacion es una tendenciareal en muchas partes y los urbanistas estan aprendiendo a guiar ese proceso de reciclar los espacios urbanizados reconvirtiéndolos en espacios agrícolas, lo contrario de lo que era común hacer antes: convertir espacios agrícolas en urbanos. Pero muchas de estas acciones, que contribuyen a reducir la huella ecológica, serán insuficientes si no se reduce la población.