Manuel Briceño mantuvo la calma en los momentos en que veía peligrar su liderato, sin caer en pánico ni hacer un esfuerzo innecesario, y guardó arrestos para la parte final de la segunda etapa, un circuito de 136 kilómetros entre Pavia y Padre Diego, en la carretera antigua a Carora, para recortar diferencia con los escapados y sostener su lugar en la cima de la clasificación general del Clásico nacional “Restaurant El Gran Chivo”, lo que, a la vez, le dio el título de la prueba inscrita en el calendario de la Federación Venezolana de Ciclismo.
Pedro Sequera, oriundo de Nirgua, en el vecino estado Yaracuy, y ficha del Flor de Patria Trujillo, superó en la pulseada final al trujillano Roniel Campos, corredor de Yaracuy, y al barquisimetano Luis David Álvarez, representante de Lotería del Táchira, para quedarse con la segunda porción de la carrera y hacerse un hueco dentro de un “top ten” plagado de nombres importantes.
Mientras Sequera, Campos y Álvarez se jugaron la porción en los kilómetros finales, al desprenderse del resto del grupo y rodar en escapada, el también larense Manuel Briceño, del elenco Gobernación de Carabobo, se concentró en seguir la rueda de sus principales rivales y entrar con el grueso del paquete, a 57 segundos del trío puntero, diferencia que le permitió mantener la vanguardia del casillero general y, a la vez, ser el campeón de la octava edición de la competencia.
El nuevo campeón dominó la tabla principal con tiempo global de 5 horas, 23 minutos y 36 segundos, con apenas dos segundos de diferencia sobre Wilmen Bravo y diez frente al crepuscular Luis Fernando Mendoza, el mejor hombre de la escuadra local, Fundación Ángel Pulgar. Mendoza cerró tercero en el casillero global, pero concluyó como monarca de la categoría sub23, en una carrera de la que era anfitrión, toda vez que vive en la zona y se entrena a diario por aquellas carreteras.
La segunda y última fracción se desarrolló bajo un cielo encapotado, con buen dispositivo de seguridad, y casi siempre en terreno plano. Era un trazado de 34 kilómetros, al que se le dieron cuatro circunvalaciones, con epicentro en las instalaciones del local de comida patrocinante del evento.
En la primera mitad del trayecto –las dos primeras circunvalaciones- el protagonismo lo asumieron Leonel Quintero (Yaracuy) e Isaac Yaguaro (JHS Táchira), quienes dominaron, en ese orden, los dos primeros pasos puntuables, amen de que sacaron una diferencia por encima de los tres minutos que les permitió soñar con la camiseta amarilla y el trofeo de campeón.
Quintero y Yaguaro eran parte de una fuga en la que también aparecían Francisco Herrera y Gaudys Ochoa. Tres de los pedalistas pertenecían a Yaracuy, mientras que el otro hacía parte del JHS Táchira.
Allí se veían claras las intenciones de la representación yaracuyana, que buscaba fabricar una diferencia amplia para quitarle el manjar de la boca a Briceño. De hecho, Quintero llegó a ser líder en carretera durante un largo trecho, hasta que se activó la alarma en la parte posterior y Carabobo, equipo del líder Briceño, se vio obligado a perseguir, ayudado en algunos pasajes por Fundación Pulgar, que también tenía sus intereses con Mendoza.
Ya en la tercera vuelta el decorado era diferente, con la fuga ya pulverizada y Luis Colmenárez, de Lara, puntuando primero en el último esprint para colocarse tercero en dicha modalidad.
Entonces, Sequera, Campos y Álvarez se soltaron del grupo grande, en busca de la porción, y atrás Briceño vigilaba a Bravo y a Mendoza, en ese caso en la lucha por el liderato.
Al final, Sequera ganó la batalla por la etapa y Briceño el duelo por el título, en un final de carrera lleno e emoción.