Las frutas deshidratadas son una excelente opción para combatir los antojos y no caer en la tentación de comer chatarra. Son saludables y muy ricas, y puede servirnos de merienda o como un snack después de ir a entrenar.
Estos frutos secos no contienen muchas calorías y su probabilidad de hacernos engordar es baja. Si bien es cierto, distintas fábricas agregan varios químicos para mantener el color y preservar el sabor de de la fruta. Prepararlos en casa no es difícil, ¡aquí te vamos a enseñar cómo hacerlo sin químicos!
Para su preparación necesitamos: Frutas en buen estado Horno
Una malla para proteger las frutas Zumo de limón
¡Manos a la obra!
El primer paso es lavar muy bien las frutas para quitar todas las impurezas y las cortamos en rodajas. A menos de que sean uvas, ya que solo se le deben de quitar las semillas. Segundo, agregar en un bowl las frutas que cortamos con el jugo de limón. Esto servirá como conservante natural y así no va a perder su color. Luego vertemos las frutas en una bandeja y los cubrimos con la malla para evitar que se le adhieren pelusas o algún insecto.
Se colocan al sol por un día y se retiran en la noche. Si la consistencia de la fruta es similar a la de una gomita, significa que ya están listas. Si no, déjalas otro día al sol hasta que consigas la misma consistencia. Hay que tener en cuenta que cada fruta va a tener un tiempo diferente de secado, ya que no todas contienen la misma cantidad de agua.