Pete Rose apeló directamente al Salón de la Fama del béisbol para que le permita ser candidato a ingresar al recinto, al argumentar que su expulsión del béisbol en 1989 no tenía el propósito de excluirlo de Cooperstown.
Una carta de siete páginas enviada al presidente del Salón de la Fama, Jeff Idelson, dice que el acuerdo que Rose firmó con el entonces comisionado de las mayores Bart Giamatti no incluye ninguna cláusula que estipule que no puede ser elegido al Salón.
“Cuando Pete aceptó el acuerdo, las consecuencias de ser colocado en la lista de inelegibles eran claras y específicas y no incluían una exclusión del Salón de la Fama”, señala la misiva, firmada por los abogados de Rose, Raymond C. Genco y Mark Rosenbaum.
El Salón de la Fama cambió su reglamento dos años después del veto a Rose para estipular que los jugadores expulsados del béisbol no pudiesen ser exaltados al recinto, que mantiene sus puertas cerradas al otrora astro de los Rojos de Cincinnati.