Sufrimos una grave crisis nacional, pues no menos del 90% de los venezolanos carecemos de medios económicos suficientes para sufragar los gastos de manutención de la familia y en adición padecemos una elevada escasez y carestía de alimentos, de medicinas, y en todos los artículos, mientras la cúpula y los dirigentes chavistas disfrutan a manos llenas de los bienes que pertenecen a todos los venezolanos.
Nos indigna que desde el más alto nivel de la dirigencia se insulta con palabras soeces, se amenaza, amedrenta y encarcela a ciudadanos que con valentía y dignidad reclaman tanto abuso y maldad desatadas.
Rechazamos el discurso ofensivo y sembrador de odio, pues algunos funcionarios no entienden que la política es la noble entrega al servicio público para el bienestar de todos y contribuir con dedicación a mejorar todos los aspectos conducentes a la correcta administración del Estado, en especial atender con prioridad a quienes padecen marginalidad y no poseen recursos.
La democracia es fundamentalmente división e independencia de los poderes públicos, hoy claramente secuestrados; es permitir emitir nuestra decisión en las urnas electorales. Es, además, vivir con libertad y poder alcanzar el progreso y bienestar de todos los ciudadanos sin exclusión. Sin duda, no es ésta la situación que se respira en el país, pues algunos han llegado al poder no para servir sino para lucrarse.
La democracia es gobernar sin exclusión y ejercer el poder con igualdad. No debe existir odio hacia nadie y los beneficios deben ser distribuidos por igual entre los hermanos que somos todos. El programa social de llevar la bolsa de comida a los hogares debería llegar a tantísimos hogares que hoy sufren la enorme inflación y la abrumadora escasez de alimentos que nos golpea a todos. Y Dios permita que pronto el abastecimiento pueda volver a llenar los anaqueles de bodegas y supermercados, para poder abastecernos de lo que requerimos.
¿Quien duda que el país vive una dramática situación de catástrofe social?, pero el régimen pretende negar la verdad. No podemos permanecer indiferentes ante esta espantosa situación, la cual se agrava al impedirnos el referendo revocatorio. Es imprescindible despertar y transformar la desesperación en esperanza. No desmayemos. La solución está en nosotros y debemos activarnos, todos unidos, con valentía, para reclamar contundentemente el ejercicio constitucional y soberano de nuestros derechos y decidir con el voto un mejor futuro.
El país que hoy vemos no es el país que queremos los militares, pues todos amamos la patria y sufrimos las calamidades que como pueblo padecemos todos los venezolanos. ¿Porque no permiten la expresión soberana de la voluntad del pueblo que quiere un cambio de este modelo?
Llamo a no estallar en violencia. Considero que se debe exigir y luchar para convocar una Asamblea Nacional Constituyente, para redundar nuevamente una verdadera República democrática con instituciones libres y separación e independencia de los Poderes públicos.
Quienes han fracasado no pueden tener prórroga. Ahora dicen que cambiarán el modelo rentista petrolero por un modelo productivo y en 18 años han destruido la producción nacional.
Se requiere un modelo progresista que intérprete y atienda con eficacia las necesidades de los venezolanos.
Martin Luther King: «No me preocupa el grito de los deshonestos, de los corruptos, de los sin ética; lo que más me preocupa es el silencio de los buenos».