El ciudadano que cayó de un techo de acerolit durante la mañana del lunes no soportó la gravedad de la herida en el cráneo y falleció.
Su nombre era Juan Carlos Rincones Alvarado, de 34 años de edad, un electricista que se encontraba realizando trabajos de conexiones en una quinta ubicada en la Zona Industrial I, cuando, a eso de las 10:00 a.m., una mala pisada lo llevó a resbalar y caer desde alrededor de cinco metros de altura para golpear su cabeza contra el pavimento.
A pesar de llegar con signos vitales al Hospital del Seguro Social Pastor Oropeza, gracias a la rápida asistencia de sus compañeros de labor, su condición era crítica y finalmente pereció como a las 3:00 de la tarde.
Sus familiares, a las afueras de la morgue del Hospital Antonio María Pineda, lo describieron como un hombre con una conducta intachable.
“Lo bueno dura poco”, dijeron.
Tras la partida de Rincones Alvarado queda sin padre una pequeña de 7 años y pequeño que se está gestando, pues su esposa está embarazada.
