Investigadores encabezados por Holanda dijeron el miércoles que tienen pruebas contundentes de que un avión de Malaysia Airlines caído sobre Ucrania fue derribado por un misil Buk transportado al país desde Rusia.
Wilbert Paulissen, jefe del departamento de investigaciones criminales de la policía nacional holandesa, dijo que varios mensajes interceptados revelan que rebeldes pro-Moscú habían pedido el arma tierra-aire e informado de su arribo a una zona controlada por los rebeldes en Ucrania oriental.
Paulissen dijo en conferencia de prensa que éstas y otras pruebas reunidas por el Equipo de Investigación Conjunto «permiten concluir que el MH17 fue derribado por un misil 9M38 lanzado por un Buk, traído desde el territorio de la Federación Rusa, y que después del lanzamiento fue devuelto a la Federación Rusa».
Las conclusiones fueron presentadas como producto de dos años de investigaciones encabezadas por Holanda del desastre aéreo en que murieron 298 personas.
Otra investigación el año pasado, realizada por agentes de seguridad holandeses, determinó que el vuelo de Amsterdam a Kuala Lumpur fue derribado por un misil Buk lanzado desde territorio en poder de rebeldes prorrusos.
El vocero de la policía holandesa Thomas Aling dijo que las conclusiones de la investigación conjunta difieren en el sentido de que deben ser lo suficientemente contundentes para ser admitidas como pruebas en un juicio penal. Resta determinar la fecha y lugar de tal juicio, dijo Aling.
Rusia ha rechazado las denuncias de que los rebeldes prorrusos en el este de Ucrania son responsables del desastre. El lunes, las fuerzas armadas rusas dijeron tener datos de radiolocalización según los cuales el misil que derribó al Boeing 777 no partió de territorio en poder de los rebeldes y que los entregará a los investigadores.
El vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, reiteró esa afirmación el miércoles antes de conocerse el informe holandés.
«De haber un cohete, solo pudo lanzarse desde otra zona», dijo a la prensa. «No se pueden discutir (los datos de radiolocalización), no admiten discusión».
El Equipo de Investigación Conjunto de la policía y la justicia holandesa ha trabajado con colegas de Australia, Bélgica, Malasia y Ucrania para obtener las pruebas más contundentes que sea posible para juzgar a los autores.
Los retos han sido extraordinarios: la escena del crimen, en la provincia ucraniana de Donetsk donde cayó el avión el 17 de julio de 2014, se encontraba en zona de guerra y en los días siguientes milicianos partidarios del Kremlin limitaron el acceso al lugar.