No siempre las estadísticas y números gruesos demuestran el éxito de un gobierno. Con la conformación de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), representantes del Ejecutivo Nacional han anunciado cifras y estadísticas que versarían sobre los alcances del programa. No obstante, el rechazó por dicho planteamiento sigue vivo en las calles del país.
Es el caso de Lara, donde sólo en nueve meses se han suscitado 218 protestas por limitación al acceso de alimentos, de las cuales 68 están relacionadas con fallas de los CLAP, según registros del Observatorio de Conflictividad Social de la Asociación Civil Fuerza, Unión, Justicia, Solidaridad y Paz (Funpaz) en Lara.
La denuncia más frecuente es el uso de la entrega de la bolsa como herramienta de discriminación y “apartheid político”.
Al respecto, Andrés Colmenárez, vicepresidente de Funpaz, expresó que con la aplicación de dicho sistema, se violan artículos de la Constitución, referidos a la alimentación, libre adquisición de bienes y servicio y libre comercio. Se estarían violando derechos constitucionales y humanos.
Freddy Bernal, coordinador nacional de los comités, recientemente informó que para la fecha habrían llegando a casi 6.000.000 de personas por semana. No obstante la población nacional es de más de 30 millones de persona, por lo que Colmenárez sostiene que los números del gobierno no están ajustados a la realidad del país.
“No puede hablarse del éxito de los CLAP, al menos en Lara, porque se registran en promedio tres protestas diarias por esta causa”, expresó el abogado especialista en derechos humanos, quien detalló que al menos la entidad representa el 20% de las protestas nacionales en rechazo a los CLAP.
-Esto es un rompecabezas, donde todas las piezas encajan. No hay producción, pero se obliga a los comerciantes, incluso a los de Mercabar, a vender su mercancía a los CLAP, con lo que se limita el acceso de la ya menguada oferta a quienes no reciben el CLAP. Sigue la escasez de alimentos y los venezolanos se mantienen protestando en las calles… Con sus cifras el mismo gobierno evidencia el fracaso del programa.
Subrayó por tanto que el gobierno ha actuado de manera “ilegítima”, no sólo al expropiar empresas que ahora no producen, sino también al expropiar en la actualidad la mercancía, a fin de “cumplir con una oferta diseñada en términos electorales”.
Destacó que también “pechan” a los productores nacionales con “promesa de asignación de divisas preferenciales”, lo que agudiza la distorsión en el mercado , también “abarrotado” de productos con precios dolarizados, los cuales se encuentran fuera del alcance de la mayoría de los venezolanos.
En opinión de Colemárez, los CLAP se han convertido entonces en “una tarjera de racionamiento”, situación que califican como “vejatoria”.
Abastecimiento total
En recientes declaraciones Bernal también anunció el abastecimiento pleno, a partir de octubre, en rubros como aceite, harina de maíz precocida y azúcar. Sin embargo, el abogado especialista en derechos humanos apuntó que podría tratarse de un “espejismo”.
-El gobierno nacional promueve la importación de productos básicos, lo que sumado al estrangulamiento al aparato productivo, a acaba con la oferta… Si en los próximos días se ve abastecimiento será por la importación masiva y no por la producción nacional y eso es un grave error.
Recordó que el Ejecutivo Nacional, tras el proceso de expropiaciones, se convirtió en el principal patrono de Venezuela y que las protestas laborales de empresas públicas son las segundas más frecuentes en el territorio nacional, lo cual sería muestra de la paralización productiva en Venezuela en manos del mismo gobierno y no en los privados como se ha señalado.
Colmenárez indicó que otra muestra de que las políticas de gobierno son erradas es la intención de distribución total de los alimentos de primera necesidad a través de lo CLAP, ya que de esta manera se deja sin labores a la red pública de abastos, que recientemente ha protestado por descontento laboral.
Enfatizó que el ejecutivo es “promotor de las violaciones a los derechos a la alimentación y el trabajo”, por lo que en el último trimestre del año se apreciará “un espejismo de abastecimiento con trasfondo electoral”.