«Tristemente, las luces más brillantes son las que se extinguen más rápido», lamentó el dueño de los Marlins Jeffrey Loria. «José nos ha dejado prematuramente, pero su recuerdo perdurará en todos nosotros. En este momento difícil, nuestras plegarias van con su madre, abuela, familia y amigos».
Las reacciones fueron inmediatas en el deporte. A través de un comunicado, Grandes Ligas señaló que «estamos estupefactos y devastados».
«Fue una de las grandes estrellas jóvenes de nuestro deporte que tuvo un impacto dramático dentro y fuera del terreno desde su debut en 2013», declaró el comisionado de Grandes Ligas, Rob Manfred.
Por su parte Tony Clark, director ejecutivo de la Asociación de Peloteros de Grandes Ligas, subrayó que «José fue un joven excepcional y un atleta dotado de un tremendo talento, quien, apenas a los 24 años, se había establecido como de una de las máximas y más brillantes estrellas».
El partido que los Marlins iban a disputar de local el domingo contra los Bravos de Atlanta fue cancelado. Su partido el lunes contra los Mets de Nueva York se escenificará como estaba previsto, anunció el equipo.
«En lo más profundo de nuestros corazones hay un dolor inmenso», dijo el tercera base venezolano Martín Prado. «De alguna manera vamos a tener que superar eso».
La muerte de Fernández hizo recordar otras tragedias que involucraron a peloteros, como las muertes de Roberto Clemente y Thurman Munson, estrellas que murieron en accidentes de avión en la década de 1970.
Durante sus cuatro temporadas con los Marlins, Fernández fue seleccionado dos veces para el Juego de Estrellas y registró una marca de 38-17, llevándose el premio al Novato del Año en 2013. Nacido en Santa Clara, Cuba, Fernández adoptó la nacionalidad estadounidense el año pasado.
Intentó desertar de Cuba al menos tres meses —y acabó en la cárcel tras uno de sus intentos fallidos— antes de poder llegar a Estados Unidos e iniciar estudios en una escuela secundaria en Tampa, Florida. Los Marlins le tomaron en el draft de 2011 y Fernández debutó en las mayores dos años después.
El manager Don Mattingly no pudo contener el llanto.
«Cuando pienso en José, será siempre con la imagen de un niño», declaró Mattingly. «Era ver a un niño… por la manera con la que jugaba… como los chicos juegan en Pequeñas Ligas. Esa era la clase de alegría con la que José jugaba».
Las pantallas del Marlins Park mostraban el domingo por la mañana un enorme «16» —número que Fernández portaba en su uniforme— sobre su nombre. El número también fue pintado sobre el montículo, con flores en la goma de la lomita. Decenas de aficionados se congregaron en la plaza del estadio, algunos de ellos vistiendo camisetas de Fernández.
El lanzador había publicado una fotografía de su novia embarazada en su cuenta de Instagram la semana pasada, anunciando que esperaban a su primer hijo.
«Estoy muy contento de que hayas llegado a mi vida», escribió Fernández en esa publicación. «Estoy listo para donde esta aventura nos vaya a llevar juntos».
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