Un llamado a la alta cúpula de la Iglesia católica para que en un solo bloque desde la Conferencia Episcopal Venezolana se pronuncie sobre la crisis humanitaria de Venezuela lo más urgente posible hizo en su visita a este rotativo el padre Lenín Ramón Bastidas Villegas o “El Caminante”, como se ha dado a conocer desde el 21 de agosto cuando decidió salir desde el estado Anzoátegui a recorrer el país con un mensaje que el mismo califica “Lucha Nacional por la Paz”, lo cual lo llevó a participar en la denominada Toma de Caracas, luego de haber sido retenido en Guárico por efectivos de la Policía Nacional Bolivariana e investigadas sus actuaciones por el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), aunque asegura no haber recibido amenazas del Gobierno.
El sacerdote, de 35 años y ordenado en el 2007, nativo de Boconó, estado trujillano, cesó en su cargo de párroco en el municipio Independencia, estado Anzoátegui, el 15 de agosto entregándole oficialmente al obispo de esa entidad dicha parroquia, y seis días después en un valiente desafío tomó las calles del país para iniciar este camino que lo ha llevado a varias ciudades, llevando el mensaje del papa Francisco: “Llegó el momento de salir a la periferia”.
Reflexiona: “Es muy fácil ser un sacerdote cómodo, con una buena cuenta bancaria, una buena mesa con bastantes alimentos a la hora de comer. Aparte de eso contar con un carro y todo lo necesario. Pero más allá de eso está el pueblo, a pesar de que no lo grita, anhela (…y lo comprobé en la carretera) ver a un sacerdote muy cercano a ellos, por este motivo el mensaje del Papa es para que vayamos a la periferia”.
“Me dicen que no hable de paz porque aquí no hay guerra, pero cuando se violan los derechos humanos y derechos fundamentales del hombre sí hay guerra”, sentenció.
El padre espera asistir este lunes a la sede de la Conferencia Episcopal Venezolana, en Caracas, para que lo escuchen los obispos e incentivarlos como altos representantes de la Iglesia católica para que en conjunto den una respuesta a la nación, sobre la grave situación del país.
“Que digan ya no tienen miedo de denunciar y pase lo que pase no van a guardar silencio, no vaya a ser que por culpa de la omisión que han guardado como pastores sean cómplices de que Venezuela se convierta en otra Cuba”.
“Mira, cuando aquí se pierda el miedo no llegarán más corruptos”, enfatizó.
Indicó que hablar de Iglesia es hablar de comunión, pero ha encontrado dentro de esa Iglesia católica indiferencia y silencio delante de la lucha que emprende, y hasta los momentos sus jerarcas no se han manifestado en bloque como quiere.
Consideró que hace falta mayor actuación de la Iglesia. “Tenemos que agarrar el látigo y con toda la autoridad que Cristo nos confiere expulsar a los mercaderes de nuestro templo sagrado que es Venezuela, un pueblo de gente buena y de buenos sentimientos”.
Comparó: “Si hay división en las opiniones de los pastores de la Iglesia, qué se puede esperar de oposición-Unidad, donde hay tantos intereses. Entonces, la única forma de que exista unidad en ellos y unión entre nosotros la Iglesia, es que dejemos a un lado nuestros intereses personales que nos están fregando la vida”.
Por lo tanto, es el tiempo de la conversión y de la transformación de las conciencias, tanto en la vida del creyente como del político, o somos sinceros y dejamos a un lado los intereses personales para trabajar por el bien común o sencillamente ya estamos quemados señores.
Es relevante la posición que pueda asumir el papa Francisco respecto a lo que está sucediendo en el país, estimó.
Venezuela requiere que la alta jerarquía de la Iglesia con la autoridad que tiene denuncie de manera formal y en bloque a través de un manifiesto la situación del país, y que por primera vez le permitan a los sacerdotes unirse a ellos para la firma de ese documento.
Puntualizó que más allá de la oposición impera el sentimiento del venezolano, de los nobles y liberales que nos llevan a luchar contra quienes están perjudicando la espiritualidad y moral del pueblo.
-No puedo ser ciego ni sordo ante el clamor de un pueblo que todos los días se lamenta porque perdió un ser querido en manos de la delincuencia.
Señaló que las muertes, corrupción, mentiras, el hambre lo obligaron a salir a la calle a luchar. “Yo sé que no voy a derrocar a este Gobierno porque no ando armado, pero sí puedo sensibilizar a la gente y a las Fuerzas Armadas Nacionales para que dejemos de pelearnos entre nosotros mismos por una ideología o un sistema de gobierno que lo único que ha traído es miseria”.
No cree en la sinceridad, de darse un diálogo entre oposición y Gobierno.
“El diálogo vale la pena pero no si se produce otro como los anteriores, que sirvieron para retrasar la salida democrática de las situaciones difíciles que vivimos. No fueron sinceros”.
En todo caso, si no hay diálogo y se sigue violando la Constitución, la salida es la resistencia pacífica, no una simple marcha, sino permanecer en la calle de forma permanente hasta que se produzcan los cambios democráticos como lo exige el pueblo apegado a la Carta Magna.
“A mí me invitan a tomar los CNE de forma pacífica y soy capaz de ir para quedarme ahí, plantado con el pueblo hasta que ellos (rectores) no tengan otra opción sino decir que no se pueden seguir burlando de los venezolanos porque el pueblo está hablando en serio”.
Bastidas aclaró que en su periplo no recibe financiamiento de nadie.