Multimillonarias fueron las pérdidas provocadas por los distintos hurtos que se suscitaron en la UCLA específicamente en el Núcleo Tarabana, en donde hacen vida las carreras de Medicina Veterinaria y Agronomía. Durante el periodo vacacional y de intensivos los maleantes aprovecharon la poca presencia de estudiantes para robar a diestra y siniestra.
El parque automotor, consultorio médico estudiantil y la biblioteca fueron las áreas más afectadas, dejando prácticamente su funcionalidad al mínimo como consecuencia de los distintos artículos hurtados; tanto así que los estudiantes decidieron consultar si aceptaban o no clases con las bajas condiciones, asamblea que arrojó que se iniciarían las actividades a pesar de los inconvenientes. Las clases se han dado por mediodía debido a que el servicio de transporte concedido por Transbarca será a partir del lunes.
De seis aires acondicionados con los que contaban en la biblioteca apenas se pudo rescatar uno para que siguiera funcionando, pues de los otros cinco fueron robados todos los elementos necesarios para permitir que sirvan.
El hecho de no contar con la ventilación necesaria impide que se ofrezca el servicio de manera adecuada, pues es precisamente el frío lo que permite matar las esporas que se generan de los libros que están en el lugar, algunos datan de muchos años y además se tiene el inconveniente de filtraciones en el techo lo que hace que proliferen más los hongos, explicó Ana Oquendo, coordinadora de biblioteca.
A medio turno han permanecido laborando en la importante área, sin embargo consideran que es imposible estar en el lugar debido al calor, la contaminación y el daño que corren los equipos electrónicos que allí se mantienen y podrían quemarse precisamente por no contar con temperaturas bajas. Las problemáticas en el espacio se han ido acumulando ante la falta de un presupuesto que permita hacer las debidas reparaciones y solventar las pérdidas por robos.
Sin equipos
Por su parte, el Servicio Médico para los estudiantes tiene pérdidas que aún no han sido calculadas en espera de la revisión de parte del organismo correspondiente para la inspección. “Nosotros antes de irnos de vacaciones hicimos el cambio de cerraduras, pero ni eso funcionó”, indicó María Gabriela Canon, coordinadora de Desarrollo Estudiantil.
Sin forcejeo alguno los maleantes ingresaron al consultorio del cual extrajeron diversos equipos de importancia como tensiómetros, glucómetro, estetoscopios, computadora, televisor, entre otros tantos. El hecho de que no haya quedado señal alguna de fuerza para realizar el robo hace pensar que quizás alguna persona de la casa de estudio podría tener las llaves para entrar sin problema alguno.
“Hace dos años se tenía una empresa de vigilancia que se encargaba de abrir los salones, laboratorios y oficinas, no sabemos si en el tiempo que trabajaron aquí sacarían copia a las llaves porque luego de que se fueron empezaron los robos y en una de las oportunidades se consiguieron, sin decir mentira, como 100 llaves en una alcantarilla, dijeron que no correspondían a los salones, pero no se sabe”, explicó Kelyn Soteldo, presidente del Centro de Estudiantes del Decanato de Medicina Veterinaria.
La coordinadora del área señaló que incluso una puerta de la que ni siquiera los trabajadores del lugar tienen llave porque “es demasiado vieja y además está bloqueada por un estante lleno de libros que es muy pesado”, fue abierta para realizar el robo, lo que genera mucha sospecha.
Solo un bus
El parque automotor del decanato también se está viendo gravemente afectado, pues la mayor parte de los vehículos que permanecen en el núcleo fueron víctimas de robos de distintas piezas, algunas de las cuales tienen un costo multimillonario.
Alternadores, turbos, arranque y baterías fueron algunos de los artículos hurtados durante las vacaciones. De por sí los autos con los que cuenta la UCLA ya estaban sufriendo por la falta de repuestos, pero con las últimas acciones hamponiles es peor la situación.
“Ya nosotros habíamos planificado hacer las prácticas con dos buses, uno de 60 puestos y otro de 30 pero al de 60 lo dejaron sin funcionar. La solución que encontramos es que nos presten uno de los grandes para no perjudicar las actividades”, informó Soteldo.
El amplio terreno es constantemente foco de robos y los vigilantes que allí laboran no son suficientes para impedir que se sigan generando los hurtos. A pesar de que es un problema constante, tanto estudiantes como trabajadores no dudaron en decir que este periodo vacacional fue el peor debido a las grandes pérdidas.