Hace 27 años, el doctor César Casas Rincón, uno de los profesionales que más
promocionó esta región, publicó un libro titulado El Zulia, siempre el Zulia.
En la Venezuela inmersa en una crisis profunda a varios niveles, el nombre de esta obra se nos convierte en consigna que convoca la lucha abierta y encubierta de esta provincia por su autonomía.
El libro está prologado por uno de los venezolanos más ilustres, el doctor Ramón J. Velásquez, a quien se le recuerda en estos días, a propósito del centenario de su nacimiento. Este expresidente decía: “Todavía no se ha realizado una investigación y un análisis completos acerca del acontecimiento histórico que constituyó en nuestro desarrollo la forma de crecer de la economía zuliana, en la etapa de los años treinta y sesenta del siglo XX, hasta llegar a alcanzar los más altos niveles de producción. La clave de los zulianos con su peculiar fisonomía y firmeza es que se mueven en Caracas, sin el temor reverencial a las oligarquías capitalinas y al gobierno».
De la Quebec del Canadá, la Escocia del Reino Unido de la Gran Bretaña y la
Cataluña de España, deberíamos tomar ideas para replantear las bases de un auténtico federalismo. El Zulia desde 1830 se opuso siempre al centralismo. Durante todo el siglo XIX más de una vez probó su venezolanismo al ser golpeada por gobernantes como Monagas, Guzmán Blanco y Cipriano Castro.
Lo que está planteado, a la par del referéndum revocatorio, es crear la agenda que siga una vez sustituido el gobierno de Nicolás Maduro. Una región que es la mayor productora de carne, leche, guayaba, plátanos, uva de mesa, palma aceitera, tomates, camarones, que aporta al país el 42,6 del PIB, pero que además produce caña de azúcar, cacao, carbón, mármol, ámbar, petróleo, productos petroquímicos y lácteos, no puede seguir de mendiga a las puertas de Miraflores.
La clave de las exigencias es unir a los zulianos. Las Direcciones Regionales de los partidos políticos, los colegios profesionales de la región, los grupos de presión nativos, están en la obligación de reunirse, elaborar los objetivos y lo que es más importante, el modo de las exigencias.El Zulia está reclamando una dirigencia con ideas propias. Como decía el Doctor Casas hay que vigorizar la zulianidad para que no seamos venezolanos de segunda. Una región con 900.000 desocupados y en economía informal y con el 70% de sus habitantes en situación de pobreza no puede permanecer pasiva.