Maduro resultó electo en comicios llenos de dudas. El CNE nunca quiso que se revisaran los cuadernos de votación,ni los votos, ni tampoco permitió la revisión de las cajas electorales que contenían el resultado genuino de aquel proceso de 2013.
La proclamación de Maduro fue apresurada, el lunes en la tarde, es decir, al día siguiente de la elección, como para evitar tanta revisadera. Este hecho hizo aumentar más las dudas. Pero Maduro está ahí. Funge de presidente y el país, muy pesadamente, muy a su pesar y con ganas de salir de él, lo ha venido soportando como presidente, a pesar de su cuestionada legitimidad de origen. Se sabrá algún día la verdad de lo ocurrido aquel 14 de abril de 2013? Difícil saberlo. Todo esto sin tomar en cuenta el grave tema de la nacionalidad de Maduro, que cada vez adquiere ribetes más dramáticos y repugnantes.
Sin embargo, la ilegitimidad mayor de Maduro, ha estado en su desempeño. Maduro ha desconocido en forma absoluta la Constitución Nacional de 1999; lo que no le conviene lo obvia, no lo aplica y adopta un camino distinto al previsto en el texto constitucional. La semana pasada decía que en cualquier momento aplica la pena de muerte con anuencia de la Sala Constitucional. Maduro ha violentado los derechos humanos y cada vez es mayor el número de presos políticos. Un gobierno de facto es aquel que ha nacido de maneradistinta a la prevista en la Constitución Nacional y a las leyes. Un gobierno de facto es aquel que tiene como única norma, como única ley, la voluntad del gobernante. Cuando Chávez primero y luego Maduro, tuvieron la Asamblea Nacional a su favor, gobernaban cómodamente. La Asamblea Nacional hacía los que ellos decían. Perdida la Asamblea Nacional, empiezan a sentir un poder autónomo que les pide cuenta, les controla, les aprueba o no lo que solicitan.
Así no les sirve para sus propósitos de tener todo el poder para ellos.
Ahora Maduro, en un nuevo y grave desconocimiento de la Constitución Nacional, “prorroga” el estado de excepción que él, sin la autorización de la Asamblea Nacional, se auto aprobó. Maduro desconoce a la Asamblea Nacional, la despoja de todas sus funciones. Maduro no presentará a la Asamblea Nacional el presupuesto de gastos de 2017, violando la norma constitucional que obliga al Presidente presentar el presupuesto anual de gastos a la Asamblea Nacional. El Presidente confiscará terrenos para la agricultura urbana, en abierta violación del artículo 116 que expresamente prohíbe la confiscación y en violación al Derecho de Propiedad previsto en el artículo 115 del mismo texto constitucional. Hay otras normas constitucionales que viola Maduro en ese alocado decreto. He recordado que aquel 13 de abril de 2002, Germán Amundaraín, entonces Defensor del Pueblo, visitó a Pedro Carmona en la cárcel y con mucha ironía le regaló un ejemplar de la Constitución Nacional. ¿No podrá ahora Tarek Willian Saab, llevarle otro ejemplar a Maduro?
