“Descansa en paz Balú. Gracias por todo lo que nos dejas y ten por seguro que nosotros, tu familia Uclaista, seguiremos luchando como tú lo hiciste, sin descanso, hasta alcanzar y concretar tantos sueños compartidos”.
Con esas palabras, entre lágrimas, suspiros y un ambiente de tristeza, familiares, así como excompañeros de estudios y vivencias en la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (Ucla), despidieron a Alberto José Montes de Oca Marchán, de 28 años de edad, quien falleciera la noche de este domingo tras un accidente de tránsito cuando regresada de las Lomas de Cubiro a Barquisimeto.
El cuerpo de Balú, como era apodado de cariño, fue trasladado de la funeraria Metropolitana hasta el recinto de la Federación de Centros Universitarios (Fcu) de la Ucla, ubicado en la avenida Morán entre 19 y 20, en donde se le rindió un pequeño homenaje que inició con la entonación del himno de la Ucla a su llegada.
A una celebración eucarística a cargo del párroco del núcleo Obelisco, Manuel Almao, le siguieron dos conmovedores discursos en la voz de la vicerrectora académica de la Ucla, Nelly Velázquez, y a cargo de Jorge López, en representación de la dirigencia estudiantil, los cuales fueron una pequeña muestra de la enorme huella que dejó Balú en su alma máter.
La palabra “luchador” fue la que más repitieron quienes le conocían para describirlo.
“Jamás le dijo que no a una persona necesitada”, profirieron quienes utilizaban las chaquetas con los característicos colores de la Ucla, como lo son el amarillo y verde.
También sus amigos de Primero Justicia, partido político en el que militaba, no contenían las lágrimas en sus ojos pero mantenían la frente en alto porque aseguraban que “el luchador falleció de pie”.
Al sitio se apersonó el diputado a la Asamblea Nacional, Daniel Antequera, quien tras lo suscitado escribió en sus redes sociales: “Me demostraste que en la política sí puede haber amigos”, en referencia a Alberto. Lo propio hicieron distintos dirigentes de la región.
Montes de Oca Marchán fue recordado por iniciar la huelga de hambre en el año 2011 en busca de mejoras presupuestarias y providencias estudiantiles en su casa de estudio, de la cual no egresó, pues había congelado la carrera (Ingeniería civil) para dedicarse a una finca de su posesión.