De un Ford Fiesta Power vinotinto con vidrios ahumados se bajó el copiloto y uno de los pasajeros ocupantes de los asientos traseros. Este último, sin pronunciar ninguna súplica que rompiera el silencio de la calle San Francisco con callejón 04 La Florida del barrio El Tostao, recibió a quemarropa nueve disparos.
A ninguno de los vecinos del barrio se les hizo familiar el hombre moreno y de contextura gruesa tendido sobre el suelo de arena con los brazos abiertos y con el sol sobre la cara. Dentro de los bolsillos de la bermuda negra que llevaba puesta tampoco había ningún documento ni objeto útil para que el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) lo identificara en ese momento.
Por la lentitud con la que recorría las calles el vehículo vinotinto pasadas las 2 de la tarde de ayer, antes de que se escucharan las detonaciones, se presume que los victimarios buscaban un lugar sin testigos donde acribillar al hombre y lo hallaron.
En el callejón 4 La Florida de El Tostao domina la soledad y la quietud. Aunque ayer el trecho estaba desprovisto de basura, los residentes de esa zona aseguran que lo usan como vertedero de desperdicios, animales muertos e, incluso, de piezas de carros robados.
A la soledad del día se le suma la oscuridad absoluta en la noche porque el callejón carece de alumbrado público.
Estrategias contra el hampa
Tanto en el callejón 04 La Florida como en los aledaños cada familia tiene como estrategia de protección hacer sonar enérgicamente un pito, cuando se sienten amenazados. Cada vez que los vecinos escuchan ese sonido saben que es el aviso de que se aproxima un asaltante o hay un desconocido sospechoso merodeando la zona.
El mecanismo les ha funcionado. Gracias a este una vecina evitó que unos ladrones entraran en su casa a robar porque al escuchar la señal de alarma la comunidad salió a ayudarla y los hampones huyeron raudos por los ramales del barrio. Esta es la forma más efectiva que tienen para resguardarse, pues, pese a los continuos reportes que hacen en los puntos policiales de La Paz, El Coriano y La Batalla, por ser los más cercanos, la policía “solo viene cuando hay muertos”, acusó un habitante del barrio.
Lo matan por hurtar piñas
Entre cujíes, otras plantas espinosas y algunos arbustos quedó tirado el cuerpo sin vida de Yorbis Alexander Mendoza Mendoza de 27 años de edad, quien fuera asesinado la madrugada de este lunes al norte de Barquisimeto, específicamente al lado de una quebrada seca que pasa sector Fundación II de Carorita Abajo y que tiene salidas a caseríos de Bobare y Pavia.
En el suelo junto a él, estaba un saco de piñas que poseía la víctima fatal la última vez que había sido visto con vida, aunque estaba vacío para entonces.
Según contaron familiares del hoy occiso, la mañana del domingo, agarró dicho costal confeccionado de manera improvisada y se dirigió a la zona boscosa en la que fue encontrado el cadáver. Allí se encuentran varios piñales.
La causa de la muerte resultó ser una descarga de escopeta que le voló el rostro, pues la detonación habría sido a quemarropa, en la región craneal y con sentido descendente.
Se estima que fue sorprendido hurtando piñas y ultimado por el defensor de las mismas. Aparentemente acostumbraba a salir con saco en mano a cometer dicho tipos de fechorías. Se conoció además que era apodado La Liebre y tenía sometidos a los habitantes de Valles de Uribana.
Un hermano y tío del hoy difunto dieron con el cuerpo sin vida de Mendoza Mendoza, luego de salir a buscarlo desesperadamente al ver que no llegaba a su hogar.
Residía cerca del sitio del suceso junto a su abuela y madre. Era el menor de seis hermanos. Tras su partida queda sin padre una niña de cuatro años.
Mendoza Mendoza estuvo privado de libertad en el 2012 por presuntamente violar a su expareja, quien para la fecha era menor de edad.
JMZ
