Disfrutar de nuevas experiencias siempre será grato para cualquier persona y mucho más, si es viajando. Desde un río cercano hasta un lugar significativo en medio de un bosque nublado, pueden ser propicios para explorar, compartir, fotografiar y llevar consigo un bonito recuerdo. ¿Tienes pensado aventurarte en una nueva travesía?, toma en cuenta algunas sugerencias que compartimos… ¡Y vete de mochilero!
Viajar con la intención de conocer lugares nunca antes vistos ante nuestros ojos y reencontrarnos con una naturaleza virgen que invita a relajarse y disfrutar de lo que nos regala, es parte de la intención de todo aventurero que decide convertirse en mochilero.
Aún y cuando debemos dejar las comodidades a un lado, la recompensa es grande al descubrir maravillas nunca antes pensadas mientras nos sumergimos bajo el agua, nos abrigamos para soportar corrientes de aire y percibimos el sonido de las aves o el olor penetrante de las flores. Caminos y senderos, esperan por ti… vive la experiencia.
Sitio acorde a los intereses
Un aspecto muy importante para aventurarte es tener conocimiento o referencia del sitio a visitar, considerando acceso, seguridad, disponibilidad para adquirir lo requerido y por supuesto, lo atractivo o interesante que pueda resultar.
Generalmente, son de preferencia lugares alejados de la ciudad y en contacto directo con el entorno como parques nacionales, monumentos naturales o simplemente zonas de esparcimiento donde sea posible explorar, observar animales y plantas, bañarse en un río o cascada, acampar, relajarse y si está permitido, hacer fogata.
Por otro lado, al hablar de sitios para conocer debemos tener presentes su cuidado, es por eso que el ecoturismo se posiciona actualmente como una actividad atractiva en la que se hace énfasis en la conservación del ambiente y que invita a los turistas a disfrutar de las bondades naturales sin generar un impacto negativo sobre las mismas, reflexionando además sobre el consumo responsable y la sustentabilidad de los recursos. De allí que el mochilero, deberá ser una persona consciente y dispuesta a sumarse al resguardo de estos lugares, frágiles y susceptibles ante cualquier acción negativa del ser humano.
Sumado a ello, se encuentra el respeto por la cultura local del lugar que se visite, pues si es de las personas que desea compartir con etnias indígenas o visitar poblados con grupos que practiquen ciertas costumbres, deberá adaptarse y aprovechar por el contrario, todo lo extraordinario que pueda ser el encuentro.
Bolso con lo necesario
Deberá empacar tomando en cuenta el lugar escogido, las condiciones que presenta y el número de días que estará fuera de casa. Lo recomendable es llevar únicamente algunas mudas para la parte inferior y algo más para la superior, incluyendo por supuesto lo necesario para un sitio caluroso de playa, río o cascada; o por el contrario, lo requerido para un lugar montañoso y de frío. Todo ello ordenado y comprimido en bolsas plásticas para optimizar el espacio.
Es importante reflexionar en que seguramente llegará a caminar horas con la mochila y en ocasiones tramos largos, por ello no es recomendable sobre exigir las capacidades de carga, ya que un gran peso puede generar dolores lumbares, hernias y lesiones en las articulaciones de pies y rodillas así como un maltrato en los hombros.
Entre algunas de las cosas que se consideran necesarias y que serán importantes llevar consigo se encuentran: repelente, bloqueador, descongestionante, antialérgico, bandas para heridas, cepillo de dientes, pasta dental, shampoo, toalla, jabón, papel higiénico, navaja, cuerdas, binoculares, guantes, lentes, abrelatas, radio, linterna, cubiertos, vaso y plato.
Por supuesto, es indispensable llevar carpa, bolsa de dormir y/o colchón inflable (en el caso de acampar en un sitio), y una cámara fotográfica que será su aliada para capturar los mejores momentos. Además, nunca está demás llevar algunos equipos de exploración.
Pernocta ideal
Generalmente en espacios abiertos y naturales se pernocta en carpa. Esta por supuesto, deberá ser resistente, impermeable y fácil de trasladar. Si no la ha adquirido aún, puede tomar en cuenta al momento de seleccionarla que cuente con varillas fuertes, estacas de buena calidad, cierres confiables y que sea de doble costura. El material va a depender de su preferencia, pues la lona es duradera pero pesada y el nailon ligero pero no muy resistente a fuertes brisas.
Las zonas para acampar pueden ser públicas o privadas. En cualquiera de los dos casos, necesitará avisar con anticipación a los lugares que irá, estableciendo contacto con guías, guardaparques, baqueanos o habitantes de la zona. Lo ideal es armar la campaña mientras haya luz solar, ubicándola lejos de la fogata y cerca de alguna fuente de agua.
Además de ello, es importante respetar las normas de seguridad del lugar: obtener permisos necesarios para las actividades planeadas, reunirse únicamente en el área permitida con el compromiso de mantenerla limpia, y tomar en cuenta cualquier otra regla del lugar.
Con respecto a los alimentos, se recomienda llevar comida ligera, práctica y de fácil traslado, pensando la cantidad de días que durara su aventura. Si desea cocinar en el lugar, pues deberá conocer si está permitido y tomar las previsiones para ello.