Bienvenidos al mundo de las serpientes, siendo Lara hogar de cascabeles, mapanares y corales, así como de la popularmente conocida bejuca y lora.
Hildebrando Arangú es el encargado de hablar aquí sobre los peligros de estos reptiles, pero también de las bondades que aportan a la ciencia médica en Venezuela y al mundo.
Arangú es especialista en temas ambientales de la herpetofauna venezolana (conjunto de toda la fauna correspondiente a reptiles y anfibios que existe en una zona geográfica determinada), y es actual profesor de la UCLA, del programa de Licenciatura en Desarrollo Humano, del Decanato de Humanidades y Arte.
Antes ocupó estos cargos: dirección general de Parques Nacionales; exdirector general de Inparques Región Amazonas y exdirector general de Inparques región Lara, Yaracuy y Portuguesa.
Cascabeles y mapanares
En el orden de los reptiles Venezuela está representada por siete familias de serpientes, entre estas: La familia de la Crotalinae que se subdivide en tres géneros el Crotalus (cascabeles), bothrops (mapanares) y el género lachesis (cuaimapiña).
De esos géneros en el estado Lara se consiguen mapanares y cascabeles, ya que la Cuaimapiña se encuentra en Amazonas, Bolívar, Anzoátegui, Sucre y Monagas. Es la más ponzoñosa.
El estado Lara está formado por una ecología que involucra una amplia bioforma de plantas y animales, entre las cuales se encuentran las serpientes.
Se trata de una zona cuya biodiversidad está determinada por la orografía (monte y relieve y todos aquellos factores asociados al sustrato biológico y a la formación de los suelos), y el clima (la convergencia de toda una cantidad de radiación, temperatura, lluvia y vientos).
El clima es esencial para estos ofidios
Para entender porqué la presencia de estos ofidios en Lara es preponderante conocer el clima presente.
En términos ambientales, Lara tiene un frente semiárido hacia el norte, producto de su característico paisaje por donde las corrientes de aire chocan con varias formaciones montañosas donde dejan la humedad y eso condiciona la flora, la fauna y a los grupos humanos.
Pero hacia la cara suroeste de Lara existe un ambiente húmedo representado por las últimas estribaciones de la Cordilera de los Andes, la cual inicia en la Patagonia y finaliza en Lara (conocida como Sierra de Portuguesa), conformada por bosques húmedos y nublados.
Entonces, tenemos dos grandes paisajes, el norte con poca carga de humedad y al sur paisaje montañoso, esos dos escenarios albergan rica biodiversidad, en los que prevalece la condición de evapotranspiración, que es el agua que se evapora y la que pierde la biomasa vegetal en forma de vapor y donde deben adaptarse al estrés hídrico las serpientes, dentro de la categoría de los animales ponzoñosos que inoculan toxinas), así como los escorpiones, aves y mamíferos.
Usan el veneno para comer
Lara es por excelencia territorio de cascabeles y mapanares, cuyo veneno contienen más de veinte compuestos diferentes, en su mayoría proteínas y polipéptidos. Este veneno de serpiente tiene dos funciones principales: primero, inmovilizar la presa y, en segundo lugar, la digestión de la misma. Se compone de una mezcla compleja de proteínas, enzimas y varias otras sustancias.
Las proteínas en ese veneno son responsables para los efectos tóxicos y letales, y su función de inmovilizar a presas. Las enzimas tienen un papel importante en la digestión de la presa, y varias otras sustancias son responsables de efectos biológicos importantes, pero no letales.
Algunos efectos
Hay cuatro tipos diferentes de veneno que actúan sobre el cuerpo de manera diferente.
Veneno proteolítico desmantela la estructura molecular en el área alrededor de la mordedura, incluyendo el sitio de la mordedura; el veneno hemotóxico actúa sobre el corazón y el sistema cardiovascular; el veneno neurotóxico actúa sobre el sistema nervioso y el cerebro y el veneno citotóxico tiene una acción localizada en el sitio de la mordedura.
Salvar vidas
Es la Universidad Central de Venezuela que dio origen en 1980 al suero antiofídico, dentro del Programa de Sueros Antiofídicos. En 1988, gracias a las investigaciones y esfuerzos de Jeannette Scannone y del primer coordinador de dicho programa, Oswaldo Grillo, se desarrolla el Suero Antiescorpiónico, productos innovadores y muy eficaces para los programas de salud pública del entonces Ministerio de Salud ahora Ministerio de Salud y Desarrollo Social, para las Fuerzas Armadas Nacionales, hospitales, centros regionales de salud y al público en general.
En el 2002, se crea Biotecfar como una empresa universitaria (UCV-Fundación UCV) que se encarga de la comercialización de los Antivenenos. En la Actualidad Biotecfar tiene a su cargo tanto la comercialización como la producción de los Sueros Antiofídicos Polivalente (para mapanares y cascabeles), Suero Anticrotálico (cascabeles) y Suero Antiescorpiónico).
Este suero es imposible importarlo porque es específico para serpientes criollas y lo fabricada en Venezuela únicamente Biotecfar, en una cantidad promedio anual que supera los seis mil kits.
Es un producto biofarmacéutico elaborado a partir de plasmas de caballos inmunizados con veneno de serpientes del género Crotalus (cascabeles) y del género Bothrops (mapanares), autóctonas de Venezuela. Este suero actúa eficazmente en la neutralización de todos los venenos de serpientes cascabeles y mapanares del país.