Lamentablemente, con la conducta avasallante que ha demostrado públicamente la ministro de Relaciones Exteriores, Delcy Rodríguez, frente a Mercosur, la imagen de Venezuela en la comunidad internacional es la de un país arbitrario, irrespetuoso, agresivo y descontrolado.
La opinión fue emitida por el abogado y diputado regional Filiberto Peña Canelón, quien fuera vicepresidente de negocios corporativos del Banco Industrial de Venezuela, que tenía la responsabilidad de garantizar los créditos contraídos por la República con instituciones extranjeras.
La posición que han expuesto Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, en lo que respecta a Venezuela, es la más razonable, porque fundamentalmente son fundadores de ese mercado y, además, están apegados a la democracia, ajustados al Derecho Internacional Público y como tal respetuosos de todos los tratados y acuerdos.
En cambio nuestro país es todo lo contrario, no respeta ningún tipo de acuerdo ni tratado suscrito con el propio Mercosur.
Este es un gobierno que está acostumbrado a violentar los principios constitucionales y en consecuencia, desconoce los Derechos Humanos, no acepta la existencia del Poder Legislativo porque no es una institución controlable como los demás poderes públicos, criminaliza la protesta, detiene a dirigentes políticos que no comulga con sus ideas, desata una persecución atroz contra los opositores, no garantiza los derechos de alimentación y salud a la población, fomenta agrupaciones de individuos armados como brazos ejecutores de la llamada revolución, intimida y amenaza en forma permanente a los ciudadanos y es intolerante al extremo de calificar de injerencia todas las observaciones que se le hacen. Todas estas características de un régimen totalitario desprestigian a Venezuela, dice el parlamentario. Es por ello que le han dado un plazo para que se adapte a las condiciones de Mercosur.