Venezuela es dueña de una larga tradición poética. La palabra acontece apenas las letras despiertan en esas frases repetidas en las aulas de los primeros pasos: “Mi mamá me ama… mi mamá me mima…” y así, de la vocal a la consonante, de la palabra a la oración, del texto al verso hay una sensibilidad que han sabido perpetuar las nuevas generaciones de escritores.
El Cuarto de los Duendes es una de esas voces recientes. Hace ocho años nacieron y lo celebran. Los días 16 y 17 de septiembre serán de larga reflexión y fiesta poética.
Pero, ¿cómo comenzó? ¿de dónde vinieron esas ganas de escribir cuando la juventud se parecía a los cuadernos y los libros de bachillerato a los cuales se aferraban con entusiasmo?
“El Cuarto de los Duendes nace como un proyecto revolucionario en el semillero del crepúsculo, en la Biblioteca Pascual Venegas Filardo de Barquisimeto. En ese entonces los poetas Luis Alberto Crespo y Antonio Urdaneta hacían el experimento de abrir un capítulo regional de la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello. Tristemente ese proyecto fracasó.
Sin embargo, entre los recitales y las reuniones que aquel suceso ocasionó nos encontramos una serie de jóvenes que al calor de la poesía seguimos reuniéndonos por años todos los viernes en distintos puntos de la ciudad.
Podríamos nombrar la plaza Altagracia, la Biblioteca Pío Tamayo, la Dirección de Cultura de la UCLA y la casa de Carolina Rodríguez en El Roble, a la cual llamábamos La Casa del Duende por puro amor”, cuenta David Gómez Rodríguez.
En esos días de fundación de El Cuarto de los Duendes estuvieron presentes nombres protagónicos: David Gómez Rodríguez, impulsor de la idea; Andrea “Luna” Herrera; Javier Álvarez, quien propone el nombre del colectivo; José Otero y Ana Torrealba.
Otros “duendes”, explica Gómez Rodríguez, dieron fuerza y nuevos sentidos a la organización en el transcurrir del tiempo. Es el caso de José Miguel Méndez, Luis Fernando Suárez, Flordimar Pérez, Giovanna Rodríguez, Carlos Castañeda, Johnny Pereira, Nomis Méndez, Ernesto Orellana, Ronny Pacheco, Jhonny Fernández, Mariana León, Alejandro Oliveros, Franco Camargo, Nelson Miranda, Milagros Sánchez y Ángel Carrero; jóvenes destacados por su trabajo cultural y político.
El grupo inicial dejó paso a otras realidades: “La mayoría de ellos y muchos otros asumieron nuevos horizontes colectivos o individuales para contribuir al desarrollo cultural de la patria, pero siempre los veremos como Duendes, porque nos hermana como camaradas un proyecto histórico de belleza y justicia”.
En el nombre de Julio Garmendia
El Cuarto de los Duendes logra con su denominación “reivindicar la literatura larense, pues nuestro nombre tiene origen en un cuento de Julio Garmendia en el cual encontramos similitud entre los Duendes y la poesía. Sin embargo, con el transcurrir del tiempo hemos venido acogiendo nuevos sentidos para el nombre que nos identifica. Duende es un ser mágico que integra la cultura popular de nuestro pueblo; es un cuidador de las aguas y por lo tanto de la vida; es una figura subversiva que ayudó a los guerrilleros de la Sierra falconiana a enfrentarse contra la miseria; es un ser enamorado, inquieto y juguetón. ¡Desde los Morochos Escalona de Sanare hasta Federico García Lorca hablan de duendes y todo eso nos da identidad!”, explica David Gómez.
¿Quiénes fueron las influencias poéticas determinantes en este largo transitar?
Aquí hay respuestas a tres voces, la de duendes reflexivos. Habla David Gómez Rodríguez: “Nosotros no podemos desvincular nuestras influencias poéticas de nuestra visión política, pues nacimos en un tiempo contradictorio donde la dialéctica de la historia nos impone una responsabilidad frente a las causas de la humanidad. Nosotros somos escritores que creemos en la belleza, en la esperanza y en el socialismo, por eso nuestras mayores referencias regionales son Antonio Urdaneta, Ramón Querales y José Pío Tamayo, pero podríamos nombrar a muchos otros poetas que nos han alimentado ética y estéticamente: Víctor Valera Mora, Julio Cortázar, José Martí, Andrés Eloy Blanco, el Caimán de Sanare, Vicente Huidobro, Pablo Neruda, Mario Benedetti, Gustavo Pereira, Lezama Lima, la mayoría de ellos fervientes militantes de poesía y la causa revolucionaria”.
Continúa José Miguel Méndez: “Es necesario hablar de escritores que sin ser necesariamente nuestra referencia literaria, se han convertido prácticamente en Duendes, por el amor con que nos han acogido y dado consejo: Malula Capello, Luz Estrella Parra, Alfonso Jiménez, Rosa Castillo, Eduardo Sanoja, Dorca Chirinos, Antonio Duno, Omar Villegas y Floriman Bello, son alguno de los nombres que podríamos destacar, pero ciertamente faltan muchos, por ello todos los años hemos procurado hacer el Homenaje a los poetas larenses. Hasta ahora han sido un éxito porque lo hacemos por militancia literaria”.
Prosigue Luis Fernando Suárez: “Creemos que todavía no es largo nuestro transitar, aun nos falta mucho por conocer y transformar. Somos apenas una contribución a la larga lista de gente que lo entrega todo por amor”.
La Lucerna, el inicio de un largo camino
-Ustedes lograron lo que parecía imposible en jóvenes poetas: llevar a la densidad de la publicación su palabra…
“La revista La Lucerna es un proyecto que busca dar una ventana a la nueva generación, ahí podemos encontrar voces muy fuertes de nuestra literatura, nuestra intelectualidad y nuestra vocería política; no es un proyecto acabado, creemos que apenas hemos iniciado. La mayoría de nosotros fundamos esa experiencia editorial rondando los 20 años y fue maravilloso demostrar que con esfuerzo podemos transformar las ideas en hechos”, señala José Miguel Méndez.
Para los incrédulos parecía tarea imposible el resultado de este esfuerzo. “Tres ediciones de tan costosa empresa”. “Hoy La Lucerna está frenada pero seguiremos sembrando para hacer que la economía tome el curso del desarrollo humano y La Lucerna pueda asumir una nueva etapa. Tenemos una esperanza confiada en ello, es lo bueno de que la historia no haya muerto y sigamos dando tumbos generación tras generación, tratando de hacer una mejor versión de la humanidad cada vez que un niño y un poeta nacen”, precisa David Gómez Rodríguez.
-¿Qué ha significado en el devenir cultural regional y nacional un esfuerzo creativo como el del cuarto?
Luis Fernando Suárez no oculta orgullos: “Hasta ahora hemos editado revistas; tenemos una antología poética; hemos sido representación cultural del país; tenemos una vida política activa en instancias nacionales; construimos una propuesta literaria que reivindica la creación colectiva: el Ecoduendismo; hemos ganado premios regionales, nacionales e internacionales de literatura; nacimos en un contexto universitario y eso no nos limitó en asumir trabajo en comunas y liceos; muchos Duendes son jóvenes profesionales con responsabilidades importantes a nivel laboral y lo mejor: aún tenemos mucho por entregar y hacer. Hemos contribuido al desarrollo cultural del pueblo venezolano”.
José Miguel Méndez remite a los escritos de Ramón Querales, Antonio Urdaneta y de manera reciente, Eduardo Sanoja, quienes, en sus escrituras a propósito de la historia literaria del país, han incluido a estos Duendes de carne, hueso y pasión, “como organización y parte de una generación”.
David Gómez se remite al pensamiento del Libertador: “Creemos que hemos sido útiles, como diría Bolívar, y eso es lo más importante para nosotros.
Sin embargo, es pronto para hablar de un legado y por eso tenemos un compromiso mayor: seguir trabajando. Alí Primera dijo: ‘Nosotros hagamos la historia, que otros la escriban en un mundo mejor’ ¡Hagamos la historia!”
-Es inevitable cerrar con la pregunta de los desafíos por venir…
Para Luis Fernando Suárez hay una tarea ineludible: reimpulsar La Lucerna “para seguir convirtiendo a Barquisimeto en una ciudad no solo musical, sino poética. Tenemos un oficio muy puro que trastoca sentimientos para llevarnos al terreno de lo histórico”.
David Gómez considera importante el desafío de proyectar El Cuarto de los Duendes más allá de las fronteras nacionales. También, “contribuir a la construcción de una instancia que aglutine y organice a jóvenes escritores e intelectuales. Ya hemos iniciado junto a otros colectivos y le hemos dado el nombre de ParaLabrar.
Continuar con los recitales y talleres literarios con el fin de seguir sembrando poesía, pero en particular con el objetivo de contribuir a la creación de una nueva poética que reivindique la organización, la alegría y la victoria de nuestro pueblo”.